Segunda Epístola del Apóstol San Pablo a los
CORINTIOS
Salutación
2 CORINTIOS 1
1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a
la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda
Acaya: 2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Aflicciones de Pablo
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas
nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que
están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros
somos consolados por Dios. 5 Porque de la manera que abundan en nosotros las
aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra
consolación. 6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y
salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la
cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también
padecemos. 7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que
así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.
8 Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que
nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras
fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 9 Pero
tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en
nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 10 el cual nos libró,
y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte; 11
cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas
personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por
medio de muchos.
Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto
12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con
sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de
Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. 13 Porque no os
escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta
el fin las entenderéis; 14 como también en parte habéis entendido que somos
vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor
Jesús.
15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una
segunda gracia, 16 y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir
otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. 17 Así que, al
proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según
la carne, para que haya en mí Sí y No? 18 Mas, como Dios es fiel, nuestra
palabra a vosotros no es Sí y No. 19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que
entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha
sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 20 porque todas las promesas de Dios son en
él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 21 Y el que
nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual
también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones.
23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con
vosotros no he pasado todavía a Corinto. 24 No que nos enseñoreemos de vuestra
fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.
2 CORINTIOS 2
1 Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza. 2
Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a
quien yo contristé? 3 Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga
tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros
todos que mi gozo es el de todos vosotros. 4 Porque por la mucha tribulación y
angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis
contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo.
Pablo perdona al ofensor
5 Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en
cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros. 6 Le basta a tal persona esta
reprensión hecha por muchos; 7 así que, al contrario, vosotros más bien debéis
perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. 8 Por
lo cual os ruego que confirméis el amor para con él. 9 Porque también para este
fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo. 10
Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado,
si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11 para
que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones.
Ansiedad de Pablo en Troas
12 Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me
abrió puerta en el Señor, 13 no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado
a mi hermano Tito; así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Triunfantes en Cristo
14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y
por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15
Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que
se pierden; 16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor
de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? 17 Pues no somos
como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con
sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Ministros del nuevo pacto
2 CORINTIOS 3
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad,
como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de
vosotros? 2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones,
conocidas y leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de
Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no que seamos
competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino
que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo ministros
competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la
letra mata, mas el espíritu vivifica.
7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria,
tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés
a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8 ¿cómo no será más
bien con gloria el ministerio del espíritu? 9 Porque si el ministerio de
condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de
justificación. 10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este
respecto, en comparación con la gloria más eminente. 11 Porque si lo que perece
tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13 y no como
Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no
fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14 Pero el
entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el
antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es
quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está
puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo
se quitará. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del
Señor, allí hay libertad. 18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria
en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2 CORINTIOS 4
1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos
recibido, no desmayamos. 2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no
andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la
manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de
Dios. 3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden
está encubierto; 4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de
los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria
de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 5 Porque no nos predicamos a nosotros
mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por
amor de Jesús. 6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la
luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Viviendo por la fe
7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder
sea de Dios, y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, mas no
angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas
partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en
nuestros cuerpos. 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a
muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en
nuestra carne mortal. 12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en
vosotros la vida.
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí,
por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14
sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará
con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Porque todas estas cosas
padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos,
la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.
16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta
leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y
eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que
no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas.
2 CORINTIOS 5
1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se
deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en
los cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella
nuestra habitación celestial; 3 pues así seremos hallados vestidos, y no
desnudos. 4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con
angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo
mortal sea absorbido por la vida. 5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios,
quien nos ha dado las arras del Espíritu.
6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en
el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe andamos, no por vista); 8
pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al
Señor. 9 Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo, sea bueno o sea malo.
El ministerio de la reconciliación
11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios
le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias. 12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos
ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que
se glorían en las apariencias y no en el corazón. 13 Porque si estamos locos, es
para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. 14 Porque el amor de Cristo nos
constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y
por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel
que murió y resucitó por ellos.
16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne;
y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo
que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado,
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2 CORINTIOS 6
1 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no
recibáis en vano la gracia de Dios. 2 Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. 3 No damos
a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea
vituperado; 4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en
mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; 5 en azotes, en
cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; 6 en pureza, en
ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, 7 en
palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a
siniestra; 8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como
engañadores, pero veraces; 9 como desconocidos, pero bien conocidos; como
moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; 10 como
entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos;
como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
11 Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha
ensanchado. 12 No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en
vuestro propio corazón. 13 Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos
hablo), ensanchaos también vosotros.
Somos templo del Dios viviente
14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el
incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque
vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
2 CORINTIOS 7
1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de
Dios.
Regocijo de Pablo al arrepentirse los corintios
2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos
engañado. 3 No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en
nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente. 4 Mucha franqueza tengo con
vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolación;
sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.
5 Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro
cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro,
temores. 6 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de
Tito; 7 y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él
había sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro gran
afecto, vuestro llanto, vuestra solicitud por mí, de manera que me regocijé aun
más. 8 Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa, aunque entonces lo
lamenté; porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó. 9
Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios,
para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. 10 Porque la tristeza
que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. 11 Porque he aquí, esto
mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en
vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué
celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto. 12 Así
que, aunque os escribí, no fue por causa del que cometió el agravio, ni por
causa del que lo padeció, sino para que se os hiciese manifiesta nuestra
solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios.
13 Por esto hemos sido consolados en vuestra consolación; pero mucho más nos
gozamos por el gozo de Tito, que haya sido confortado su espíritu por todos
vosotros. 14 Pues si de algo me he gloriado con él respecto de vosotros, no he
sido avergonzado, sino que así como en todo os hemos hablado con verdad, también
nuestro gloriarnos con Tito resultó verdad. 15 Y su cariño para con vosotros es
aun más abundante, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo
lo recibisteis con temor y temblor. 16 Me gozo de que en todo tengo confianza en
vosotros.
La ofrenda para los santos
2 CORINTIOS 8
1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las
iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de
su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. 3 Pues
doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá
de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el
privilegio de participar en este servicio para los santos. 5 Y no como lo
esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a
nosotros por la voluntad de Dios; 6 de manera que exhortamos a Tito para que tal
como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia. 7
Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda
solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.
8 No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la
diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro. 9 Porque ya
conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo
pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. 10 Y
en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis
antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado. 11
Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos
a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tengáis. 12 Porque
si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no
según lo que no tiene. 13 Porque no digo esto para que haya para otros holgura,
y para vosotros estrechez, 14 sino para que en este tiempo, con igualdad, la
abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de
ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, 15 como está escrito:
El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos.
16 Pero gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por
vosotros. 17 Pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también muy
solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros. 18 Y enviamos
juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las
iglesias; 19 y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias
como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es
administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra
buena voluntad; 20 evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda
abundante que administramos, 21 procurando hacer las cosas honradamente, no sólo
delante del Señor sino también delante de los hombres. 22 Enviamos también con
ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos comprobado repetidas veces en
muchas cosas, y ahora mucho más diligente por la mucha confianza que tiene en
vosotros. 23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros;
y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, y gloria de
Cristo. 24 Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de vuestro
amor, y de nuestro gloriarnos respecto de vosotros.
2 CORINTIOS 9
1 Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba; 2
pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de
Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha
estimulado a la mayoría. 3 Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro
gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho,
estéis preparados; 4 no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os
hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de
esta nuestra confianza. 5 Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos
que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes
prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia
nuestra.
6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el
que siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé como
propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al
dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito:
Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre. 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan
al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos
de vuestra justicia, 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda
liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. 12
Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos
falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; 13 pues por
la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que
profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución
para ellos y para todos; 14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a
quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. 15
¡Gracias a Dios por su don inefable!
Pablo defiende su ministerio
2 CORINTIOS 10
1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando
presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con
vosotros; 2 ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella
osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos
tienen como si anduviésemos según la carne. 3 Pues aunque andamos en la carne,
no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos
para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo
que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo,
así también nosotros somos de Cristo. 8 Porque aunque me gloríe algo más todavía
de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para
vuestra destrucción, no me avergonzaré; 9 para que no parezca como que os quiero
amedrentar por cartas. 10 Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y
fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. 11 Esto
tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por cartas,
estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando presentes. 12 Porque no
nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí
mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo
mismos, no son juiciosos. 13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente,
sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar también
hasta vosotros. 14 Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos
hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el
evangelio de Cristo. 15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino
que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre
vosotros, conforme a nuestra regla; 16 y que anunciaremos el evangelio en los
lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en
lo que ya estaba preparado. 17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; 18
porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
2 CORINTIOS 11
1 ¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. 2 Porque os celo con
celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una
virgen pura a Cristo. 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a
Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad
a Cristo. 4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos
predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro
evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; 5 y pienso que en nada
he sido inferior a aquellos grandes apóstoles. 6 Pues aunque sea tosco en la
palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos
demostrado. 7 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis
enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde? 8 He
despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros. 9 Y
cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que
me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me
guardé y me guardaré de seros gravoso. 10 Por la verdad de Cristo que está en
mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya. 11 ¿Por qué?
¿Porque no os amo? Dios lo sabe.
12 Mas lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión a aquellos que la
desean, a fin de que en aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a
nosotros. 13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus
obras.
Sufrimientos de Pablo como apóstol
16 Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera, recibidme como
a loco, para que yo también me gloríe un poquito. 17 Lo que hablo, no lo hablo
según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloriarme. 18 Puesto
que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré; 19 porque de buena
gana toleráis a los necios, siendo vosotros cuerdos. 20 Pues toleráis si alguno
os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se
enaltece, si alguno os da de bofetadas. 21 Para vergüenza mía lo digo, para eso
fuimos demasiado débiles.
Pero en lo que otro tenga osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía. 22
¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de
Abraham? También yo. 23 ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco
hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles
más; en peligros de muerte muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he
recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he sido azotado con varas; una
vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado
como náufrago en alta mar; 26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos,
peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles,
peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros
entre falsos hermanos; 27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y
sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; 28 y además de otras cosas, lo que
sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. 29 ¿Quién
enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?
30 Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad. 31 El
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe
que no miento. 32 En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas
guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme; 33 y fui descolgado del
muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos.
El aguijón en la carne
2 CORINTIOS 12
1 Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las
revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años
(si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue
arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o
fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue arrebatado al paraíso,
donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. 5 De tal
hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis
debilidades. 6 Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque
diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí
ve, u oye de mí. 7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que
me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres
veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi
gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana
me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de
Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte.
11 Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo
debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos
grandes apóstoles, aunque nada soy. 12 Con todo, las señales de apóstol han sido
hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros. 13
Porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no
os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio!
Pablo anuncia su tercera visita
14 He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré
gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los
hijos para los padres, sino los padres para los hijos. 15 Y yo con el mayor
placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras
almas, aunque amándoos más, sea amado menos. 16 Pero admitiendo esto, que yo no
os he sido carga, sino que como soy astuto, os prendí por engaño, 17 ¿acaso os
he engañado por alguno de los que he enviado a vosotros? 18 Rogué a Tito, y
envié con él al hermano. ¿Os engañó acaso Tito? ¿No hemos procedido con el mismo
espíritu y en las mismas pisadas?
19 ¿Pensáis aún que nos disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo
hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación. 20 Pues me temo que
cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual
no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones,
maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes; 21 que cuando vuelva, me
humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que
antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y
lascivia que han cometido.
2 CORINTIOS 13
1 Esta es la tercera vez que voy a vosotros. Por boca de dos o de tres testigos
se decidirá todo asunto. 2 He dicho antes, y ahora digo otra vez como si
estuviera presente, y ahora ausente lo escribo a los que antes pecaron, y a
todos los demás, que si voy otra vez, no seré indulgente; 3 pues buscáis una
prueba de que habla Cristo en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino
que es poderoso en vosotros. 4 Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive
por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos
con él por el poder de Dios para con vosotros.
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O
no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que
estéis reprobados? 6 Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos
reprobados. 7 Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros
aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros
seamos como reprobados. 8 Porque nada podemos contra la verdad, sino por la
verdad. 9 Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros
estéis fuertes; y aun oramos por vuestra perfección. 10 Por esto os escribo
estando ausente, para no usar de severidad cuando esté presente, conforme a la
autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.
Saludos y doxología final
11 Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo
sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. 12
Saludaos unos a otros con ósculo santo. 13 Todos los santos os saludan. 14 La
gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo
sean con todos vosotros. Amén.