EZEQUIEL
La visión de la gloria divina
EZEQUIEL 1
1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que
estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron,
y vi visiones de Dios. 2 En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a
los cinco días del mes, 3 vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de
Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la
mano de Jehová.
4 Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con
un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo
que parecía como bronce refulgente, 5 y en medio de ella la figura de cuatro
seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. 6
Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. 7 Y los pies de ellos eran derechos,
y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera
de bronce muy bruñido. 8 Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de
hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. 9 Con las alas se juntaban
el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho
hacia adelante. 10 Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león
al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro;
asimismo había en los cuatro cara de águila. 11 Así eran sus caras. Y tenían sus
alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras
dos cubrían sus cuerpos. 12 Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia
donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se
volvían. 13 Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de
carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba
entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían
relámpagos. 14 Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de
relámpagos.
15 Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra
junto a los seres vivientes, a los cuatro lados. 16 El aspecto de las ruedas y
su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma
semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda. 17 Cuando
andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no se volvían cuando andaban. 18 Y
sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro. 19 Y
cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando
los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban. 20
Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía
el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque
el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. 21 Cuando ellos
andaban, andaban ellas, y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo
cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque
el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
22 Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de
cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. 23 Y debajo de la
expansión las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose la una hacia la
otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían su cuerpo. 24 Y oí el sonido de sus
alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente,
como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban,
bajaban sus alas. 25 Y cuando se paraban y bajaban sus alas, se oía una voz de
arriba de la expansión que había sobre sus cabezas.
26 Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un
trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una
semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. 27 Y vi apariencia como de
bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el
aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía
como fuego, y que tenía resplandor alrededor. 28 Como parece el arco iris que
está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor
alrededor.
Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me
postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.
Llamamiento de Ezequiel
EZEQUIEL 2
1 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. 2 Y luego
que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me
hablaba. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a
gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado
contra mí hasta este mismo día. 4 Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de
empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. 5 Acaso ellos
escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán
que hubo profeta entre ellos. 6 Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas
miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con
escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque
son casa rebelde. 7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de
escuchar; porque son muy rebeldes. 8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te
hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te
doy.
9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de
libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por
detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.
EZEQUIEL 3
1 Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a
la casa de Israel. 2 Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. 3 Y me dijo:
Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo
te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
4 Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos
con mis palabras. 5 Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de
lengua difícil, sino a la casa de Israel. 6 No a muchos pueblos de habla
profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te
enviara, ellos te oyeran. 7 Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me
quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de
corazón. 8 He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y
tu frente fuerte contra sus frentes. 9 Como diamante, más fuerte que pedernal he
hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa
rebelde. 10 Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que
yo te hablaré, y oye con tus oídos. 11 Y ve y entra a los cautivos, a los hijos
de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o
dejen de escuchar.
12 Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que
decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar. 13 Oí también el sonido
de las alas de los seres vivientes que se juntaban la una con la otra, y el
sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de gran estruendo. 14 Me
levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de
mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí. 15 Y vine a los
cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos
estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.
El atalaya de Israel
(Ez. 33.1-9)
16 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: 17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel;
oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 18 Cuando
yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares,
para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío
morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. 19 Pero si tú
amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino,
él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. 20 Si el justo se
apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él,
él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que
había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. 21 Pero
si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque
fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
El profeta mudo
22 Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y
allí hablaré contigo. 23 Y me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba
la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar; y me
postré sobre mi rostro. 24 Entonces entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre
mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa. 25 Y tú,
oh hijo de hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán,
y no saldrás entre ellos. 26 Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y
estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde. 27
Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho
Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa
rebelde son.
Predicción del sitio de Jerusalén
EZEQUIEL 4
1 Tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de ti, y diseña sobre él
la ciudad de Jerusalén. 2 Y pondrás contra ella sitio, y edificarás contra ella
fortaleza, y sacarás contra ella baluarte, y pondrás delante de ella campamento,
y colocarás contra ella arietes alrededor. 3 Tómate también una plancha de
hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad; afirmarás luego
tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal a la
casa de Israel.
4 Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la
casa de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la
maldad de ellos. 5 Yo te he dado los años de su maldad por el número de los
días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de
Israel. 6 Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y
llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te
lo he dado. 7 Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y descubierto tu
brazo, profetizarás contra ella. 8 Y he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no
te volverás de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.
9 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en
una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu
lado; trescientos noventa días comerás de él. 10 La comida que comerás será de
peso de veinte siclos al día; de tiempo en tiempo la comerás. 11 Y beberás el
agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás. 12 Y
comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a vista de ellos
al fuego de excremento humano. 13 Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel
su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo. 14 Y dije: ¡Ah,
Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud
hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró
carne inmunda. 15 Y me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en
lugar de excremento humano para cocer tu pan. 16 Me dijo luego: Hijo de hombre,
he aquí quebrantaré el sustento del pan en Jerusalén; y comerán el pan por peso
y con angustia, y beberán el agua por medida y con espanto, 17 para que al
faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en
su maldad.
EZEQUIEL 5
1 Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y
hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y
divide los cabellos. 2 Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad,
cuando se cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y la cortarás
con espada alrededor de la ciudad; y una tercera parte esparcirás al viento, y
yo desenvainaré espada en pos de ellos. 3 Tomarás también de allí unos pocos en
número, y los atarás en la falda de tu manto. 4 Y tomarás otra vez de ellos, y
los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el
fuego a toda la casa de Israel.
5 Así ha dicho Jehová el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las
naciones y de las tierras alrededor de ella. 6 Y ella cambió mis decretos y mis
ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están
alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no
anduvieron en ellos.
7 Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones
que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis
guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor
de vosotros habéis andado. 8 Así, pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo
estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las
naciones. 9 Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a
causa de todas tus abominaciones. 10 Por eso los padres comerán a los hijos en
medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré
a todos los vientos todo lo que quedare de ti. 11 Por tanto, vivo yo, dice
Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus
abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré
yo misericordia. 12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será
consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor
de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos
desenvainaré espada.
13 Y se cumplirá mi furor y saciaré en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción; y
sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando cumpla en ellos mi enojo. 14
Y te convertiré en soledad y en oprobio entre las naciones que están alrededor
de ti, a los ojos de todo transeúnte. 15 Y serás oprobio y escarnio y
escarmiento y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga
en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he
hablado. 16 Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que
serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré
el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del pan. 17
Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te destruyan; y
pestilencia y sangre pasarán por en medio de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo
Jehová he hablado.
Profecía contra los montes de Israel
EZEQUIEL 6
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia
los montes de Israel, y profetiza contra ellos. 3 Y dirás: Montes de Israel, oíd
palabra de Jehová el Señor: Así ha dicho Jehová el Señor a los montes y a los
collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo haré venir sobre
vosotros espada, y destruiré vuestros lugares altos. 4 Vuestros altares serán
asolados, y vuestras imágenes del sol serán quebradas; y haré que caigan
vuestros muertos delante de vuestros ídolos. 5 Y pondré los cuerpos muertos de
los hijos de Israel delante de sus ídolos, y vuestros huesos esparciré en
derredor de vuestros altares. 6 Dondequiera que habitéis, serán desiertas las
ciudades, y los lugares altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan
desiertos vuestros altares; y vuestros ídolos serán quebrados y acabarán,
vuestras imágenes del sol serán destruidas, y vuestras obras serán deshechas. 7
Y los muertos caerán en medio de vosotros; y sabréis que yo soy Jehová.
8 Mas dejaré un resto, de modo que tengáis entre las naciones algunos que
escapen de la espada, cuando seáis esparcidos por las tierras. 9 Y los que de
vosotros escaparen se acordarán de mí entre las naciones en las cuales serán
cautivos; porque yo me quebranté a causa de su corazón fornicario que se apartó
de mí, y a causa de sus ojos que fornicaron tras sus ídolos; y se avergonzarán
de sí mismos, a causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones. 10 Y
sabrán que yo soy Jehová; no en vano dije que les había de hacer este mal.
11 Así ha dicho Jehová el Señor: Palmotea con tus manos, y golpea con tu pie, y
di: ¡Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel! porque con
espada y con hambre y con pestilencia caerán. 12 El que esté lejos morirá de
pestilencia, el que esté cerca caerá a espada, y el que quede y sea asediado
morirá de hambre; así cumpliré en ellos mi enojo. 13 Y sabréis que yo soy
Jehová, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor de sus
altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres de los montes, debajo de
todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron
incienso a todos sus ídolos. 14 Y extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera
que habiten haré la tierra más asolada y devastada que el desierto hacia Diblat;
y conocerán que yo soy Jehová.
El fin viene
EZEQUIEL 7
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Tú, hijo de hombre, así ha dicho
Jehová el Señor a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro
extremos de la tierra. 3 Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi
furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus
abominaciones. 4 Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré
sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que
yo soy Jehová.
5 Así ha dicho Jehová el Señor: Un mal, he aquí que viene un mal. 6 Viene el
fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene. 7 La mañana
viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano está el día;
día de tumulto, y no de alegría, sobre los montes. 8 Ahora pronto derramaré mi
ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y
pondré sobre ti tus abominaciones. 9 Y mi ojo no perdonará, ni tendré
misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus
abominaciones; y sabréis que yo Jehová soy el que castiga.
10 He aquí el día, he aquí que viene; ha salido la mañana; ha florecido la vara,
ha reverdecido la soberbia. 11 La violencia se ha levantado en vara de maldad;
ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá entre
ellos quien se lamente. 12 El tiempo ha venido, se acercó el día; el que compra,
no se alegre, y el que vende, no llore, porque la ira está sobre toda la
multitud. 13 Porque el que vende no volverá a lo vendido, aunque queden vivos;
porque la visión sobre toda la multitud no se revocará, y a causa de su
iniquidad ninguno podrá amparar su vida.
14 Tocarán trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la
batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud. 15 De fuera espada, de
dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada, y al que
esté en la ciudad lo consumirá el hambre y la pestilencia. 16 Y los que escapen
de ellos huirán y estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo
todos, cada uno por su iniquidad. 17 Toda mano se debilitará, y toda rodilla
será débil como el agua. 18 Se ceñirán también de cilicio, y les cubrirá terror;
en todo rostro habrá vergüenza, y todas sus cabezas estarán rapadas. 19
Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro
podrá librarlos en el día del furor de Jehová; no saciarán su alma, ni llenarán
sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. 20 Por cuanto convirtieron
la gloria de su ornamento en soberbia, e hicieron de ello las imágenes de sus
abominables ídolos, por eso se lo convertí en cosa repugnante. 21 En mano de
extraños la entregué para ser saqueada, y será presa de los impíos de la tierra,
y la profanarán. 22 Y apartaré de ellos mi rostro, y será violado mi lugar
secreto; pues entrarán en él invasores y lo profanarán.
23 Haz una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre, y la ciudad
está llena de violencia. 24 Traeré, por tanto, los más perversos de las
naciones, los cuales poseerán las casas de ellos; y haré cesar la soberbia de
los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25 Destrucción viene; y
buscarán la paz, y no la habrá. 26 Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento,
y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, mas la ley se
alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo. 27 El rey se enlutará, y el
príncipe se vestirá de tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblarán;
según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán
que yo soy Jehová.
Visión de las abominaciones en Jerusalén
EZEQUIEL 8
1 En el sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes, aconteció que
estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de
mí, y allí se posó sobre mí la mano de Jehová el Señor. 2 Y miré, y he aquí una
figura que parecía de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus
lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente. 3 Y
aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el
Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a
Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde
estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. 4 Y he aquí,
allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en
el campo.
5 Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé
mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar,
aquella imagen del celo en la entrada. 6 Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no
ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace
aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás abominaciones
mayores.
7 Y me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí en la pared un agujero. 8
Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí
una puerta. 9 Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos
hacen allí. 10 Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles y bestias
abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la
pared por todo alrededor. 11 Y delante de ellos estaban setenta varones de los
ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada
uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. 12 Y me
dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel
hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen
ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. 13 Me dijo después:
Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen éstos.
14 Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte;
y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. 15 Luego me
dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que
estas.
16 Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la
entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco
varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el
oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. 17 Y me dijo: ¿No has
visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las
abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se
volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices. 18
Pues también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré
misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré.
Visión de la muerte de los culpables
EZEQUIEL 9
1 Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la ciudad han
llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir. 2 Y he aquí
que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el
norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos
había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de
escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.
3 Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual
había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que
tenía a su cintura el tintero de escribano, 4 y le dijo Jehová: Pasa por en
medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a
los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se
hacen en medio de ella. 5 Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad
en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. 6 Matad
a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero
a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi
santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del
templo. 7 Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos; salid.
Y salieron, y mataron en la ciudad. 8 Aconteció que cuando ellos iban matando y
quedé yo solo, me postré sobre mi rostro, y clamé y dije: ¡Ah, Señor Jehová!
¿destruirás a todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?
9 Y me dijo: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande sobremanera,
pues la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad;
porque han dicho: Ha abandonado Jehová la tierra, y Jehová no ve. 10 Así, pues,
haré yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; haré recaer el camino de
ellos sobre sus propias cabezas.
11 Y he aquí que el varón vestido de lino, que tenía el tintero a su cintura,
respondió una palabra, diciendo: He hecho conforme a todo lo que me mandaste.
La gloria de Dios abandona el templo
EZEQUIEL 10
1 Miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines
como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró
sobre ellos. 2 Y habló al varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de
las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos de carbones encendidos de
entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y entró a vista mía.
3 Y los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este varón entró;
y la nube llenaba el atrio de adentro. 4 Entonces la gloria de Jehová se elevó
de encima del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y
el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová. 5 Y el estruendo de las
alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios
Omnipotente cuando habla.
6 Aconteció, pues, que al mandar al varón vestido de lino, diciendo: Toma fuego
de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró y se paró entre las
ruedas. 7 Y un querubín extendió su mano de en medio de los querubines al fuego
que estaba entre ellos, y tomó de él y lo puso en las manos del que estaba
vestido de lino, el cual lo tomó y salió. 8 Y apareció en los querubines la
figura de una mano de hombre debajo de sus alas.
9 Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, junto a cada querubín
una rueda; y el aspecto de las ruedas era como de crisólito. 10 En cuanto a su
apariencia, las cuatro eran de una misma forma, como si estuviera una en medio
de otra. 11 Cuando andaban, hacia los cuatro frentes andaban; no se volvían
cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía la primera, en pos de ella
iban; ni se volvían cuando andaban. 12 Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus
manos, sus alas y las ruedas estaban llenos de ojos alrededor en sus cuatro
ruedas. 13 A las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda! 14 Y cada uno
tenía cuatro caras. La primera era rostro de querubín; la segunda, de hombre; la
tercera, cara de león; la cuarta, cara de águila.
15 Y se levantaron los querubines; este es el ser viviente que vi en el río
Quebar. 16 Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos;
y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las
ruedas tampoco se apartaban de ellos. 17 Cuando se paraban ellos, se paraban
ellas, y cuando ellos se alzaban, se alzaban con ellos; porque el espíritu de
los seres vivientes estaba en ellas.
18 Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa, y se
puso sobre los querubines. 19 Y alzando los querubines sus alas, se levantaron
de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas se
alzaron al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la
casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima sobre ellos.
20 Estos eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios de Israel junto
al río Quebar; y conocí que eran querubines. 21 Cada uno tenía cuatro caras y
cada uno cuatro alas, y figuras de manos de hombre debajo de sus alas. 22 Y la
semejanza de sus rostros era la de los rostros que vi junto al río Quebar, su
misma apariencia y su ser; cada uno caminaba derecho hacia adelante.
Reprensión de los príncipes malvados
EZEQUIEL 11
1 El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la casa de Jehová,
la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco
hombres, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de
Benaía, principales del pueblo. 2 Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los
hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo; 3 los cuales
dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y nosotros la
carne. 4 Por tanto profetiza contra ellos; profetiza, hijo de hombre.
5 Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así
habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo
las he entendido. 6 Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y
habéis llenado de muertos sus calles. 7 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor:
Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella
es la olla; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella. 8 Espada habéis
temido, y espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el Señor. 9 Y os sacaré de
en medio de ella, y os entregaré en manos de extraños, y haré juicios entre
vosotros. 10 A espada caeréis; en los límites de Israel os juzgaré, y sabréis
que yo soy Jehová. 11 La ciudad no os será por olla, ni vosotros seréis en medio
de ella la carne; en los límites de Israel os juzgaré. 12 Y sabréis que yo soy
Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis obedecido mis
decretos, sino según las costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.
13 Y aconteció que mientras yo profetizaba, aquel Pelatías hijo de Benaía murió.
Entonces me postré rostro a tierra y clamé con gran voz, y dije: ¡Ah, Señor
Jehová! ¿Destruirás del todo al remanente de Israel?
Promesa de restauración y renovación
14 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 15 Hijo de hombre, tus hermanos, tus
hermanos, los hombres de tu parentesco y toda la casa de Israel, toda ella son
aquellos a quienes dijeron los moradores de Jerusalén: Alejaos de Jehová; a
nosotros es dada la tierra en posesión. 16 Por tanto, di: Así ha dicho Jehová el
Señor: Aunque les he arrojado lejos entre las naciones, y les he esparcido por
las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras
adonde lleguen. 17 Di, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré
de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos,
y os daré la tierra de Israel. 18 Y volverán allá, y quitarán de ella todas sus
idolatrías y todas sus abominaciones. 19 Y les daré un corazón, y un espíritu
nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su
carne, y les daré un corazón de carne, 20 para que anden en mis ordenanzas, y
guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por
Dios. 21 Mas a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de
sus abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehová el
Señor.
22 Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la
gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos. 23 Y la gloria de Jehová se elevó
de en medio de la ciudad, y se puso sobre el monte que está al oriente de la
ciudad. 24 Luego me levantó el Espíritu y me volvió a llevar en visión del
Espíritu de Dios a la tierra de los caldeos, a los cautivos. Y se fue de mí la
visión que había visto. 25 Y hablé a los cautivos todas las cosas que Jehová me
había mostrado.
Salida de Ezequiel en señal de la cautividad
EZEQUIEL 12
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, tú habitas en medio
de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír
y no oyen, porque son casa rebelde. 3 Por tanto tú, hijo de hombre, prepárate
enseres de marcha, y parte de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar
a otro lugar a vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son casa rebelde.
4 Y sacarás tus enseres de día delante de sus ojos, como enseres de cautiverio;
mas tú saldrás por la tarde a vista de ellos, como quien sale en cautiverio. 5
Delante de sus ojos te abrirás paso por entre la pared, y saldrás por ella. 6
Delante de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los sacarás;
cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra; porque por señal te he dado a la
casa de Israel.
7 Y yo hice así como me fue mandado; saqué mis enseres de día, como enseres de
cautiverio, y a la tarde me abrí paso por entre la pared con mi propia mano;
salí de noche, y los llevé sobre los hombros a vista de ellos.
8 Y vino a mí palabra de Jehová por la mañana, diciendo: 9 Hijo de hombre, ¿no
te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: ¿Qué haces? 10 Diles: Así
ha dicho Jehová el Señor: Esta profecía se refiere al príncipe en Jerusalén, y a
toda la casa de Israel que está en medio de ella. 11 Diles: Yo soy vuestra
señal; como yo hice, así se hará con vosotros; partiréis al destierro, en
cautividad. 12 Y al príncipe que está en medio de ellos llevarán a cuestas de
noche, y saldrán; por la pared abrirán paso para sacarlo por ella; cubrirá su
rostro para no ver con sus ojos la tierra. 13 Mas yo extenderé mi red sobre él,
y caerá preso en mi trampa, y haré llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos,
pero no la verá, y allá morirá. 14 Y a todos los que estuvieren alrededor de él
para ayudarle, y a todas sus tropas, esparciré a todos los vientos, y
desenvainaré espada en pos de ellos. 15 Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los
esparciere entre las naciones, y los dispersare por la tierra. 16 Y haré que
unos pocos de ellos escapen de la espada, del hambre y de la peste, para que
cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde llegaren; y sabrán que
yo soy Jehová.
17 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 18 Hijo de hombre, come tu pan con
temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con ansiedad. 19 Y di al pueblo de
la tierra: Así ha dicho Jehová el Señor sobre los moradores de Jerusalén y sobre
la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto beberán su agua;
porque su tierra será despojada de su plenitud, por la maldad de todos los que
en ella moran. 20 Y las ciudades habitadas quedarán desiertas, y la tierra será
asolada; y sabréis que yo soy Jehová.
21 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 22 Hijo de hombre, ¿qué refrán es este
que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que dice: Se van prolongando los
días, y desaparecerá toda visión? 23 Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el
Señor: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este refrán en Israel. Diles,
pues: Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda visión. 24 Porque
no habrá más visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la casa
de Israel. 25 Porque yo Jehová hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable;
no se tardará más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra y
la cumpliré, dice Jehová el Señor.
26 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 27 Hijo de hombre, he aquí que los
de la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a muchos días,
para lejanos tiempos profetiza éste. 28 Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el
Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo
hable se cumplirá, dice Jehová el Señor.
Condenación de los falsos profetas
EZEQUIEL 13
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los
profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio
corazón: Oíd palabra de Jehová. 3 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los
profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! 4
Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel. 5 No habéis subido
a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para
que resista firme en la batalla en el día de Jehová. 6 Vieron vanidad y
adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo,
esperan que él confirme la palabra de ellos. 7 ¿No habéis visto visión vana, y
no habéis dicho adivinación mentirosa, pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo
yo hablado?
8 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado
vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros,
dice Jehová el Señor. 9 Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y
adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos
en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis
que yo soy Jehová el Señor. 10 Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo:
Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la
recubrían con lodo suelto, 11 di a los recubridores con lodo suelto, que caerá;
vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y
viento tempestuoso la romperá. 12 Y he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os
dirán: ¿Dónde está la embarradura con que la recubristeis? 13 Por tanto, así ha
dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia
torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. 14
Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré
a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio
de ella; y sabréis que yo soy Jehová. 15 Cumpliré así mi furor en la pared y en
los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los
que la recubrieron, 16 los profetas de Israel que profetizan acerca de
Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Jehová el Señor.
17 Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que
profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas, 18 y di: Así ha dicho
Jehová el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos,
y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis
de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? 19 ¿Y
habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan,
matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no
deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?
20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras
vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras
manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis
volando. 21 Romperé asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de
vuestra mano, y no estarán más como presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy
Jehová. 22 Por cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual
yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartase
de su mal camino, infundiéndole ánimo, 23 por tanto, no veréis más visión vana,
ni practicaréis más adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis
que yo soy Jehová.
Juicio contra los idólatras que consultan al profeta
EZEQUIEL 14
1 Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí.
2 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 3 Hijo de hombre, estos hombres han
puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad
delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? 4
Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de
la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el
tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová
responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, 5 para tomar a
la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por
sus ídolos.
6 Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y
volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras
abominaciones. 7 Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los
extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí,
y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el
tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová
le responderé por mí mismo; 8 y pondré mi rostro contra aquel hombre, y le
pondré por señal y por escarmiento, y lo cortaré de en medio de mi pueblo; y
sabréis que yo soy Jehová. 9 Y cuando el profeta fuere engañado y hablare
palabra, yo Jehová engañé al tal profeta; y extenderé mi mano contra él, y lo
destruiré de en medio de mi pueblo Israel. 10 Y llevarán ambos el castigo de su
maldad; como la maldad del que consultare, así será la maldad del profeta, 11
para que la casa de Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se contamine más
en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea por Dios, dice
Jehová el Señor.
Justicia del castigo de Jerusalén
12 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 13 Hijo de hombre, cuando la tierra
pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y
le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella
hombres y bestias, 14 si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé,
Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice
Jehová el Señor. 15 Y si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la
asolaren, y quedare desolada de modo que no haya quien pase a causa de las
fieras, 16 y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice
Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas librarían; ellos solos serían
librados, y la tierra quedaría desolada. 17 O si yo trajere espada sobre la
tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y
bestias, 18 y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice
Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos serían
librados. 19 O si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira sobre
ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias, 20 y estuviesen en medio
de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni
a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas.
21 Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando yo enviare
contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, hambre, fieras y
pestilencia, para cortar de ella hombres y bestias? 22 Sin embargo, he aquí
quedará en ella un remanente, hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí
que ellos vendrán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis
consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje
sobre ella. 23 Y os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y
conoceréis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella, dice Jehová el
Señor.
Jerusalén es como una vid inútil
EZEQUIEL 15
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, ¿qué es la madera de
la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del
bosque? 3 ¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una
estaca para colgar en ella alguna cosa? 4 He aquí, es puesta en el fuego para
ser consumida; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se
quemó; ¿servirá para obra alguna? 5 He aquí que cuando estaba entera no servía
para obra alguna; ¿cuánto menos después que el fuego la hubiere consumido, y
fuere quemada? ¿Servirá más para obra alguna? 6 Por tanto, así ha dicho Jehová
el Señor: Como la madera de la vid entre los árboles del bosque, la cual di al
fuego para que la consumiese, así haré a los moradores de Jerusalén. 7 Y pondré
mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego los consumirá; y
sabréis que yo soy Jehová, cuando pusiere mi rostro contra ellos. 8 Y convertiré
la tierra en asolamiento, por cuanto cometieron prevaricación, dice Jehová el
Señor.
Infidelidad de Jerusalén
EZEQUIEL 16
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, notifica a Jerusalén
sus abominaciones, 3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu
origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu
madre hetea. 4 Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu
ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste
envuelta con fajas. 5 No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de
esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del
campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.
6 Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus
sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! 7 Te
hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y
llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había
crecido; pero estabas desnuda y descubierta.
8 Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo
de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y
entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. 9 Te lavé con agua,
y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10 y te vestí de
bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11 Te atavié con
adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12 Puse joyas en
tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13 Así
fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y
bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en
extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. 14 Y salió tu renombre entre las
naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura
que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.
15 Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y
derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. 16 Y tomaste de tus
vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa
semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. 17 Tomaste asimismo tus
hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes
de hombre y fornicaste con ellas; 18 y tomaste tus vestidos de diversos colores
y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. 19 Mi pan
también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con
que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice
Jehová el Señor. 20 Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías
dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran
poca cosa tus fornicaciones, 21 para que degollases también a mis hijos y los
ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? 22 Y con
todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu
juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu
sangre.
23 Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el
Señor), 24 te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas.
25 En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu
hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.
26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y
aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27 Por tanto, he aquí que yo extendí
contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la
voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se
avergüenzan de tu camino deshonesto. 28 Fornicaste también con los asirios, por
no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. 29
Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y
tampoco con esto te saciaste.
30 ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas
estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31 edificando tus lugares altos
en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no
fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32 sino como mujer
adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33 A todas las rameras les
dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes,
para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34 Y ha sucedido
contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno
te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por
esto has sido diferente.
35 Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová. 36 Así ha dicho Jehová el Señor:
Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu
confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus
abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37 por tanto,
he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a
todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de
ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38 Y yo te
juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré
sobre ti sangre de ira y de celos. 39 Y te entregaré en manos de ellos; y
destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus
ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40
Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán
con sus espadas. 41 Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en
presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de
prodigar tus dones. 42 Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y
descansaré y no me enojaré más. 43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu
juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré
tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová el Señor; pues ni aun has pensado sobre
toda tu lujuria.
44 He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice:
Cual la madre, tal la hija. 45 Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido
y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y
a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46 Y tu hermana
mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana
menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47 Ni aun anduviste
en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera
poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48 Vivo yo,
dice Jehová el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como
hiciste tú y tus hijas. 49 He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana:
soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas;
y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50 Y se llenaron de
soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. 51 Y
Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus
abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las
abominaciones que tú hiciste. 52 Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva
tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas;
más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por
cuanto has justificado a tus hermanas.
53 Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas,
y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus
cautiverios entre ellas, 54 para que lleves tu confusión, y te avergüences de
todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55 Y tus
hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer
estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56 No era tu
hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57
antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de
las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos
lados te desprecian. 58 Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus
abominaciones, dice Jehová.
59 Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que
menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60 Antes yo tendré memoria
de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré
contigo un pacto sempiterno. 61 Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás,
cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las
cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62 sino por mi pacto que yo
confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jehová; 63 para que te acuerdes y te
avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo
perdone todo lo que hiciste, dice Jehová el Señor.
Parábola de las águilas y la vid
EZEQUIEL 17
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, propón una figura, y
compón una parábola a la casa de Israel. 3 Y dirás: Así ha dicho Jehová el
Señor: Una gran águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de
diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro. 4 Arrancó el
principal de sus renuevos y lo llevó a tierra de mercaderes, y lo puso en una
ciudad de comerciantes. 5 Tomó también de la simiente de la tierra, y la puso en
un campo bueno para sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la puso como un
sauce. 6 Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas
miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid,
y arrojó sarmientos y echó mugrones.
7 Había también otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí
que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas,
para ser regada por ella por los surcos de su plantío. 8 En un buen campo, junto
a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese fruto, y para que
fuese vid robusta. 9 Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Será prosperada? ¿No
arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y se secará? Todas sus hojas lozanas
se secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raíces.
10 Y he aquí está plantada; ¿será prosperada? ¿No se secará del todo cuando el
viento solano la toque? En los surcos de su verdor se secará.
11 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 12 Di ahora a la casa rebelde: ¿No
habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de
Babilonia vino a Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los llevó
consigo a Babilonia. 13 Tomó también a uno de la descendencia real e hizo pacto
con él, y le hizo prestar juramento; y se llevó consigo a los poderosos de la
tierra, 14 para que el reino fuese abatido y no se levantase, a fin de que
guardando el pacto, permaneciese en pie. 15 Pero se rebeló contra él, enviando
embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado,
escapará el que estas cosas hizo? El que rompió el pacto, ¿podrá escapar? 16
Vivo yo, dice Jehová el Señor, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar
donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuyo pacto
hecho con él rompió. 17 Y ni con gran ejército ni con mucha compañía hará Faraón
nada por él en la batalla, cuando se levanten vallados y se edifiquen torres
para cortar muchas vidas. 18 Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el
pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no
escapará. 19 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que el juramento
mío que menospreció, y mi pacto que ha quebrantado, lo traeré sobre su misma
cabeza. 20 Extenderé sobre él mi red, y será preso en mi lazo, y lo haré venir a
Babilonia, y allí entraré en juicio con él por su prevaricación con que contra
mí se ha rebelado. 21 Y todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caerán a
espada, y los que queden serán esparcidos a todos los vientos; y sabréis que yo
Jehová he hablado.
22 Así ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo
plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el
monte alto y sublime. 23 En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas,
y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves
de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán. 24 Y sabrán todos los
árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo,
hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he
dicho, y lo haré.
El alma que pecare morirá
EZEQUIEL 18
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis
este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas
agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? 3 Vivo yo, dice Jehová el
Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. 4 He aquí que
todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía;
el alma que pecare, esa morirá.
5 Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia; 6 que
no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de
Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare a la mujer menstruosa,
7 ni oprimiere a ninguno; que al deudor devolviere su prenda, que no cometiere
robo, y que diere de su pan al hambriento y cubriere al desnudo con vestido, 8
que no prestare a interés ni tomare usura; que de la maldad retrajere su mano, e
hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre, 9 en mis ordenanzas caminare, y
guardare mis decretos para hacer rectamente, éste es justo; éste vivirá, dice
Jehová el Señor.
10 Mas si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga alguna cosa
de estas, 11 y que no haga las otras, sino que comiere sobre los montes, o
violare la mujer de su prójimo, 12 al pobre y menesteroso oprimiere, cometiere
robos, no devolviere la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos e hiciere
abominación, 13 prestare a interés y tomare usura; ¿vivirá éste? No vivirá.
Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá, su sangre será sobre él.
14 Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre
hizo, y viéndolos no hiciere según ellos; 15 no comiere sobre los montes, ni
alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; la mujer de su prójimo no
violare, 16 ni oprimiere a nadie, la prenda no retuviere, ni cometiere robos; al
hambriento diere de su pan, y cubriere con vestido al desnudo; 17 apartare su
mano del pobre, interés y usura no recibiere; guardare mis decretos y anduviere
en mis ordenanzas; éste no morirá por la maldad de su padre; de cierto vivirá.
18 Su padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e hizo
en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su maldad.
19 Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su padre? Porque el
hijo hizo según el derecho y la justicia, guardó todos mis estatutos y los
cumplió, de cierto vivirá. 20 El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará
el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del
justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.
El camino de Dios es justo
(Ez. 33. 10-20)
21 Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos
mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no
morirá. 22 Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su
justicia que hizo vivirá. 23 ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el
Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? 24 Mas si el justo se apartare
de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones
que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán
tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que
cometió, por ello morirá.
25 Y si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora, casa de Israel:
¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos? 26 Apartándose el
justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad
que hizo, morirá. 27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo
según el derecho y la justicia, hará vivir su alma. 28 Porque miró y se apartó
de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá. 29
Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos
mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectos.
30 Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel,
dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y
no os será la iniquidad causa de ruina. 31 Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu
nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? 32 Porque no quiero la muerte del que
muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Lamentación sobre los príncipes de Israel
EZEQUIEL 19
1 Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel. 2 Dirás: ¡Cómo se echó
entre los leones tu madre la leona! Entre los leoncillos crió sus cachorros, 3 e
hizo subir uno de sus cachorros; vino a ser leoncillo, y aprendió a arrebatar la
presa, y a devorar hombres. 4 Y las naciones oyeron de él; fue tomado en la
trampa de ellas, y lo llevaron con grillos a la tierra de Egipto. 5 Viendo ella
que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su esperanza, tomó otro de sus
cachorros, y lo puso por leoncillo. 6 Y él andaba entre los leones; se hizo
leoncillo, aprendió a arrebatar la presa, devoró hombres. 7 Saqueó fortalezas, y
asoló ciudades; y la tierra fue desolada, y cuanto había en ella, al estruendo
de sus rugidos. 8 Arremetieron contra él las gentes de las provincias de
alrededor, y extendieron sobre él su red, y en el foso fue apresado. 9 Y lo
pusieron en una jaula y lo llevaron con cadenas, y lo llevaron al rey de
Babilonia; lo pusieron en las fortalezas, para que su voz no se oyese más sobre
los montes de Israel.
10 Tu madre fue como una vid en medio de la viña, plantada junto a las aguas,
dando fruto y echando vástagos a causa de las muchas aguas. 11 Y ella tuvo varas
fuertes para cetros de reyes; y se elevó su estatura por encima entre las ramas,
y fue vista por causa de su altura y la multitud de sus sarmientos. 12 Pero fue
arrancada con ira, derribada en tierra, y el viento solano secó su fruto; sus
ramas fuertes fueron quebradas y se secaron; las consumió el fuego. 13 Y ahora
está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez. 14 Y ha salido
fuego de la vara de sus ramas, que ha consumido su fruto, y no ha quedado en
ella vara fuerte para cetro de rey.
Endecha es esta, y de endecha servirá.
Modo de proceder de Dios con Israel
EZEQUIEL 20
1 Aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días del mes, que
vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron
delante de mí. 2 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 3 Hijo de hombre,
habla a los ancianos de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿A
consultarme venís vosotros? Vivo yo, que no os responderé, dice Jehová el Señor.
4 ¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer
las abominaciones de sus padres, 5 y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día
que escogí a Israel, y que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la casa
de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi
mano y les juré diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios; 6 aquel día que les alcé
mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les
había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las
tierras; 7 entonces les dije: Cada uno eche de sí las abominaciones de delante
de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová vuestro
Dios.
8 Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí
cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de
Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos
en medio de la tierra de Egipto. 9 Con todo, a causa de mi nombre, para que no
se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en
cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto. 10 Los
saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto, 11 y les di mis
estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los
cumpliere vivirá. 12 Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por
señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
13 Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en
mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los
cumpliere, vivirá; y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije, por
tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos. 14
Pero actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las
naciones ante cuyos ojos los había sacado.
15 También yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la
tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de
todas las tierras; 16 porque desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis
estatutos, y mis días de reposo profanaron, porque tras sus ídolos iba su
corazón. 17 Con todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en
el desierto; 18 antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los
estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus
ídolos. 19 Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis
preceptos, y ponedlos por obra; 20 y santificad mis días de reposo, y sean por
señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. 21
Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni
guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los
cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo.
Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos
en el desierto. 22 Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se
infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado. 23 También
les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría entre las
naciones, y que los dispersaría por las tierras, 24 porque no pusieron por obra
mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo,
y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. 25 Por eso yo también
les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir.
26 Y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego a todo
primogénito, para desolarlos y hacerles saber que yo soy Jehová.
27 Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así ha dicho
Jehová el Señor: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando cometieron
rebelión contra mí. 28 Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había
alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y a
todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron
ofrendas que me irritan, allí pusieron también su incienso agradable, y allí
derramaron sus libaciones. 29 Y yo les dije: ¿Qué es ese lugar alto adonde
vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy. 30 Di, pues, a
la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No os contamináis vosotros a
la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones? 31 Porque
ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os
habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y he de responderos yo,
casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no os responderé.
32 Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las
naciones, como las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la
piedra.
33 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo
derramado, he de reinar sobre vosotros; 34 y os sacaré de entre los pueblos, y
os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo
extendido, y enojo derramado; 35 y os traeré al desierto de los pueblos, y allí
litigaré con vosotros cara a cara. 36 Como litigué con vuestros padres en el
desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el
Señor. 37 Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del
pacto; 38 y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron
contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de
Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.
39 Y a vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho Jehová el Señor: Andad cada uno
tras sus ídolos, y servidles, si es que a mí no me obedecéis; pero no profanéis
más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos.
40 Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el Señor,
allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los
aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones,
con todas vuestras cosas consagradas. 41 Como incienso agradable os aceptaré,
cuando os haya sacado de entre los pueblos, y os haya congregado de entre las
tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos de
las naciones. 42 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra
de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros
padres. 43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos
en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos
vuestros pecados que cometisteis. 44 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando haga
con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros caminos malos ni según
vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.
Profecía contra el Neguev
45 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 46 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia
el sur, derrama tu palabra hacia la parte austral, profetiza contra el bosque
del Neguev. 47 Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de Jehová: Así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en
ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán
quemados en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte. 48 Y verá toda
carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará. 49 Y dije: ¡Ah, Señor Jehová!
ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
La espada afilada de Jehová
EZEQUIEL 21
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro contra
Jerusalén, y derrama palabra sobre los santuarios, y profetiza contra la tierra
de Israel. 3 Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo
estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al
impío. 4 Y por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío, por tanto, mi
espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el sur hasta el norte. 5 Y
sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina; no la envainaré más.
6 Y tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos y con amargura;
gime delante de los ojos de ellos. 7 Y cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú?
dirás: Por una noticia que cuando llegue hará que desfallezca todo corazón, y
toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será
débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.
8 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 9 Hijo de hombre, profetiza, y di: Así
ha dicho Jehová el Señor: Di: La espada, la espada está afilada, y también
pulida. 10 Para degollar víctimas está afilada, pulida está para que relumbre.
¿Hemos de alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo
cualquiera. 11 Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada está afilada, y
está pulida para entregarla en mano del matador. 12 Clama y lamenta, oh hijo de
hombre; porque ésta será sobre mi pueblo, será ella sobre todos los príncipes de
Israel; caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere, pues, tu muslo;
13 porque está probado. ¿Y qué, si la espada desprecia aun al cetro? El no será
más, dice Jehová el Señor.
14 Tú, pues, hijo de hombre, profetiza, y bate una mano contra otra, y
duplíquese y triplíquese el furor de la espada homicida; esta es la espada de la
gran matanza que los traspasará, 15 para que el corazón desmaye, y los estragos
se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ah!
dispuesta está para que relumbre, y preparada para degollar. 16 Corta a la
derecha, hiere a la izquierda, adonde quiera que te vuelvas. 17 Y yo también
batiré mi mano contra mi mano, y haré reposar mi ira. Yo Jehová he hablado.
18 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 19 Tú, hijo de hombre, traza dos
caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra
salgan ambos; y pon una señal al comienzo de cada camino, que indique la ciudad
adonde va. 20 El camino señalarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos
de Amón, y a Judá contra Jerusalén, la ciudad fortificada. 21 Porque el rey de
Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos,
para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el
hígado. 22 La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para dar la
orden de ataque, para dar comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito
de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar vallados, y
edificar torres de sitio. 23 Mas para ellos esto será como adivinación
mentirosa, ya que les ha hecho solemnes juramentos; pero él trae a la memoria la
maldad de ellos, para apresarlos.
24 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto habéis hecho traer a la
memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo
vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto habéis venido en memoria,
seréis entregados en su mano. 25 Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo
día ha llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad, 26 así ha dicho
Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea
exaltado lo bajo, y humillado lo alto. 27 A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré,
y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo
entregaré.
Juicio contra los amonitas
28 Y tú, hijo de hombre, profetiza, y dí: Así ha dicho Jehová el Señor acerca de
los hijos de Amón, y de su oprobio. Dirás, pues: La espada, la espada está
desenvainada para degollar; para consumir está pulida con resplandor. 29 Te
profetizan vanidad, te adivinan mentira, para que la emplees sobre los cuellos
de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en el tiempo de la consumación
de la maldad. 30 ¿La volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la
tierra donde has vivido, te juzgaré, 31 y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de
mi enojo haré encender sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios,
artífices de destrucción. 32 Serás pasto del fuego, se empapará la tierra de tu
sangre; no habrá más memoria de ti, porque yo Jehová he hablado.
Los pecados de Jerusalén
EZEQUIEL 22
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú,
no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus
abominaciones? 3 Dirás, pues: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora
de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí
misma para contaminarse! 4 En tu sangre que derramaste has pecado, y te has
contaminado en tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tu día, y has llegado
al término de tus años; por tanto, te he dado en oprobio a las naciones, y en
escarnio a todas las tierras. 5 Las que están cerca de ti y las que están lejos
se reirán de ti, amancillada de nombre, y de grande turbación.
6 He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, se esfuerzan en
derramar sangre. 7 Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero
trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en
ti. 8 Mis santuarios menospreciaste, y mis días de reposo has profanado. 9
Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en
ti; hicieron en medio de ti perversidades. 10 La desnudez del padre descubrieron
en ti, y en ti hicieron violencia a la que estaba inmunda por su menstruo. 11
Cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo, cada uno contaminó
pervertidamente a su nuera, y cada uno violó en ti a su hermana, hija de su
padre. 12 Precio recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste,
y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dice Jehová el
Señor.
13 Y he aquí que batí mis manos a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa
de la sangre que derramaste en medio de ti. 14 ¿Estará firme tu corazón? ¿Serán
fuertes tus manos en los días en que yo proceda contra ti? Yo Jehová he hablado,
y lo haré. 15 Te dispersaré por las naciones, y te esparciré por las tierras; y
haré fenecer de ti tu inmundicia. 16 Y por ti misma serás degradada a la vista
de las naciones; y sabrás que yo soy Jehová.
17 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 18 Hijo de hombre, la casa de Israel
se me ha convertido en escoria; todos ellos son bronce y estaño y hierro y plomo
en medio del horno; y en escorias de plata se convirtieron. 19 Por tanto, así ha
dicho Jehová el Señor: Por cuanto todos vosotros os habéis convertido en
escorias, por tanto, he aquí que yo os reuniré en medio de Jerusalén. 20 Como
quien junta plata y bronce y hierro y plomo y estaño en medio del horno, para
encender fuego en él para fundirlos, así os juntaré en mi furor y en mi ira, y
os pondré allí, y os fundiré. 21 Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros en el
fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos. 22 Como se funde la plata
en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo Jehová
habré derramado mi enojo sobre vosotros.
23 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 24 Hijo de hombre, di a ella: Tú no
eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor. 25 Hay
conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata
presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en
medio de ella. 26 Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios;
entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre
inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido
profanado en medio de ellos. 27 Sus príncipes en medio de ella son como lobos
que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener
ganancias injustas. 28 Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles
vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y
Jehová no había hablado. 29 El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía
robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin
derecho. 30 Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en
la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y
no lo hallé. 31 Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira
los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová
el Señor.
Las dos hermanas
EZEQUIEL 23
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, hubo dos mujeres,
hijas de una madre, 3 las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud
fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos
virginales. 4 Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales
llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria,
Ahola; y Jerusalén, Aholiba.
5 Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus
amantes los asirios, vecinos suyos, 6 vestidos de púrpura, gobernadores y
capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. 7 Y se
prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y
con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de
ellos. 8 Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su
juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su
fornicación. 9 Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los
hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. 10 Ellos descubrieron su
desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser
famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento.
11 Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus
fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana. 12 Se enamoró de
los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de
ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes
codiciables. 13 Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas.
14 Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared,
imágenes de caldeos pintadas de color, 15 ceñidos por sus lomos con talabartes,
y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de
capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su
nacimiento, 16 se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la
tierra de los caldeos. 17 Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia
en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos,
y su alma se hastió de ellos. 18 Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió
sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado
mi alma de su hermana. 19 Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria
los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto.
20 Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los
asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. 21 Así trajiste de nuevo a la
memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos,
los pechos de tu juventud.
22 Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo suscitaré
contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir
contra ti en derredor; 23 los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod,
Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y
capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos. 24 Y
vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos,
paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el
juicio, y por sus leyes te juzgarán. 25 Y pondré mi celo contra ti, y procederán
contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá
a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido
por el fuego. 26 Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los
adornos de tu hermosura. 27 Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de
la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te
acordarás de Egipto. 28 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te
entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales
se hastió tu alma; 29 los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el
fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la
inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución. 30 Estas cosas
se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con las cuales te
contaminaste en sus ídolos. 31 En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues,
pondré su cáliz en tu mano.
32 Así ha dicho Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana,
que es de gran capacidad; de ti se mofarán las naciones, y te escarnecerán. 33
Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de desolación,
por el cáliz de tu hermana Samaria. 34 Lo beberás, pues, y lo agotarás, y
quebrarás sus tiestos; y rasgarás tus pechos, porque yo he hablado, dice Jehová
el Señor. 35 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado
de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y
tus fornicaciones.
36 Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y les
denunciarás sus abominaciones? 37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus
manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun a sus hijos que habían dado a luz
para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos. 38 Aun esto más me hicieron:
contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis días de reposo. 39 Pues
habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo
día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa. 40 Además,
enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado
mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus
ojos, y te ataviaste con adornos; 41 y te sentaste sobre suntuoso estrado, y fue
preparada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite. 42 Y
se oyó en ella voz de compañía que se solazaba con ella; y con los varones de la
gente común fueron traídos los sabeos del desierto, y pusieron pulseras en sus
manos, y bellas coronas sobre sus cabezas.
43 Y dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán
fornicaciones con ella, y ella con ellos? 44 Porque han venido a ella como quien
viene a mujer ramera; así vinieron a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas. 45
Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley
de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos.
46 Por lo que así ha dicho Jehová el Señor: Yo haré subir contra ellas tropas,
las entregaré a turbación y a rapiña, 47 y las turbas las apedrearán, y las
atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas
consumirán con fuego. 48 Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán
todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades. 49 Y sobre vosotras
pondrán vuestras perversidades, y pagaréis los pecados de vuestra idolatría; y
sabréis que yo soy Jehová el Señor.
Parábola de la olla hirviente
EZEQUIEL 24
1 Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez
días del mes, diciendo: 2 Hijo de hombre, escribe la fecha de este día; el rey
de Babilonia puso sitio a Jerusalén este mismo día. 3 Y habla por parábola a la
casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla, ponla, y echa
también en ella agua; 4 junta sus piezas de carne en ella; todas buenas piezas,
pierna y espalda; llénala de huesos escogidos. 5 Toma una oveja escogida, y
también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también
sus huesos dentro de ella.
6 Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla
herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas
sácala, sin echar suerte sobre ella. 7 Porque su sangre está en medio de ella;
sobre una piedra alisada la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para que
fuese cubierta con polvo. 8 Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer
venganza, yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta. 9
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres! Pues
también haré yo gran hoguera, 10 multiplicando la leña, y encendiendo el fuego
para consumir la carne y hacer la salsa; y los huesos serán quemados. 11
Asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme
su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre. 12 En vano
se cansó, y no salió de ella su mucha herrumbre. Sólo en fuego será su herrumbre
consumida. 13 En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te
limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira
sobre ti. 14 Yo Jehová he hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni
tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te
juzgarán, dice Jehová el Señor.
Muerte de la esposa de Ezequiel
15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 16 Hijo de hombre, he aquí que yo te
quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus
lágrimas. 17 Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante
sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan
de enlutados. 18 Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a
la mañana hice como me fue mandado.
19 Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas
cosas que haces? 20 Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: 21
Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi
santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite
de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a
espada. 22 Y haréis de la manera que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni
comeréis pan de hombres en luto. 23 Vuestros turbantes estarán sobre vuestras
cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino
que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros. 24
Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis;
cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor.
25 Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de
su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos
y sus hijas, 26 ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las
noticias. 27 En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo, y
hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy
Jehová.
Profecía contra Amón
EZEQUIEL 25
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia
los hijos de Amón, y profetiza contra ellos. 3 Y dirás a los hijos de Amón: Oíd
palabra de Jehová el Señor. Así dice Jehová el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ea,
bien!, cuando mi santuario era profanado, y la tierra de Israel era asolada, y
llevada en cautiverio la casa de Judá; 4 por tanto, he aquí yo te entrego por
heredad a los orientales, y pondrán en ti sus apriscos y plantarán en ti sus
tiendas; ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche. 5 Y pondré a Rabá por
habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabréis
que yo soy Jehová. 6 Porque así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto batiste tus
manos, y golpeaste con tu pie, y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio
para la tierra de Israel, 7 por tanto, he aquí yo extenderé mi mano contra ti, y
te entregaré a las naciones para ser saqueada; te cortaré de entre los pueblos,
y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré, y sabrás que yo soy Jehová.
Profecía contra Moab
8 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí la casa de
Judá es como todas las naciones; 9 por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab
desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras
deseables de Bet-jesimot, Baal-meón y Quiriataim, 10 a los hijos del oriente
contra los hijos de Amón; y la entregaré por heredad, para que no haya más
memoria de los hijos de Amón entre las naciones. 11 También en Moab haré
juicios, y sabrán que yo soy Jehová.
Profecía contra Edom
12 Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hizo Edom, tomando venganza de la
casa de Judá, pues delinquieron en extremo, y se vengaron de ellos; 13 por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Yo también extenderé mi mano sobre Edom, y
cortaré de ella hombres y bestias, y la asolaré; desde Temán hasta Dedán caerán
a espada. 14 Y pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, y
harán en Edom según mi enojo y conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice
Jehová el Señor.
Profecía contra los filisteos
15 Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hicieron los filisteos con venganza,
cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas enemistades;
16 por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo extiendo mi mano contra los
filisteos, y cortaré a los cereteos, y destruiré el resto que queda en la costa
del mar. 17 Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán
que yo soy Jehová, cuando haga mi venganza en ellos.
Profecía contra Tiro
EZEQUIEL 26
1 Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra
de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén:
Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo
seré llena, y ella desierta; 3 por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí
yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar
hace subir sus olas. 4 Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y
barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa. 5 Tendedero de
redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será
saqueada por las naciones. 6 Y sus hijas que están en el campo serán muertas a
espada; y sabrán que yo soy Jehová.
7 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que del norte traigo yo contra
Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y
jinetes, y tropas y mucho pueblo. 8 Matará a espada a tus hijas que están en el
campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y levantará contra ti baluarte, y
escudo afirmará contra ti. 9 Y pondrá contra ti arietes, contra tus muros, y tus
torres destruirá con hachas. 10 Por la multitud de sus caballos te cubrirá el
polvo de ellos; con el estruendo de su caballería y de las ruedas y de los
carros, temblarán tus muros, cuando entre por tus puertas como por portillos de
ciudad destruida. 11 Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles; a
tu pueblo matará a filo de espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra. 12 Y
robarán tus riquezas y saquearán tus mercaderías; arruinarán tus muros, y tus
casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en
medio de las aguas. 13 Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá
más el son de tus cítaras. 14 Y te pondré como una peña lisa; tendedero de redes
serás, y nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el
Señor.
15 Así ha dicho Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estremecerán las costas al
estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en
medio de ti? 16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos,
y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; de espanto se
vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán
atónitos sobre ti. 17 Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo
pereciste tú, poblada por gente de mar, ciudad que era alabada, que era fuerte
en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos los que la
rodeaban? 18 Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída; sí, las
islas que están en el mar se espantarán a causa de tu fin.
19 Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo te convertiré en ciudad asolada, como
las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas
aguas te cubrirán. 20 Y te haré descender con los que descienden al sepulcro,
con los pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la tierra,
como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca
más seas poblada; y daré gloria en la tierra de los vivientes. 21 Te convertiré
en espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice
Jehová el Señor.
EZEQUIEL 27
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Tú, hijo de hombre, levanta endechas
sobre Tiro. 3 Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que
trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú
has dicho: Yo soy de perfecta hermosura. 4 En el corazón de los mares están tus
confines; los que te edificaron completaron tu belleza. 5 De hayas del monte
Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del Líbano para hacerte el
mástil. 6 De encinas de Basán hicieron tus remos; tus bancos de pino de las
costas de Quitim, incrustados de marfil. 7 De lino fino bordado de Egipto era tu
cortina, para que te sirviese de vela; de azul y púrpura de las costas de Elisa
era tu pabellón. 8 Los moradores de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus
sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos. 9 Los ancianos de
Gebal y sus más hábiles obreros calafateaban tus junturas; todas las naves del
mar y los remeros de ellas fueron a ti para negociar, para participar de tus
negocios.
10 Persas y los de Lud y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra;
escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor. 11 Y los hijos de
Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en
tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu
hermosura.
12 Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas; con plata,
hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias. 13 Javán, Tubal y Mesec
comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban
en tus ferias. 14 Los de la casa de Togarma, con caballos y corceles de guerra y
mulos, comerciaban en tu mercado. 15 Los hijos de Dedán traficaban contigo;
muchas costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te
dieron por sus pagos. 16 Edom traficaba contigo por la multitud de tus
productos; con perlas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes
venía a tus ferias. 17 Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo; con
trigos de Minit y Panag, miel, aceite y resina negociaban en tus mercados. 18
Damasco comerciaba contigo por tus muchos productos, por la abundancia de toda
riqueza; con vino de Helbón y lana blanca negociaban. 19 Asimismo Dan y el
errante Javán vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro
labrado, mirra destilada y caña aromática. 20 Dedán comerciaba contigo en paños
preciosos para carros. 21 Arabia y todos los príncipes de Cedar traficaban
contigo en corderos y carneros y machos cabríos; en estas cosas fueron tus
mercaderes. 22 Los mercaderes de Sabá y de Raama fueron también tus mercaderes;
con lo principal de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro, vinieron a
tus ferias. 23 Harán, Cane, Edén, y los mercaderes de Sabá, de Asiria y de
Quilmad, contrataban contigo. 24 Estos mercaderes tuyos negociaban contigo en
varias cosas; en mantos de azul y bordados, y en cajas de ropas preciosas,
enlazadas con cordones, y en madera de cedro.
25 Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así
llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares.
26 En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en
medio de los mares. 27 Tus riquezas, tus mercaderías, tu tráfico, tus remeros,
tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus
hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se
halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída. 28 Al estrépito de las
voces de tus marineros temblarán las costas. 29 Descenderán de sus naves todos
los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra,
30 y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre
sus cabezas, y se revolcarán en ceniza. 31 Se raerán por ti los cabellos, se
ceñirán de cilicio, y endecharán por ti endechas amargas, con amargura del alma.
32 Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti,
diciendo: ¿Quién como Tiro, como la destruida en medio del mar? 33 Cuando tus
mercaderías salían de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la
tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tu comercio. 34 En el
tiempo en que seas quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas, tu
comercio y toda tu compañía caerán en medio de ti. 35 Todos los moradores de las
costas se maravillarán sobre ti, y sus reyes temblarán de espanto; demudarán sus
rostros. 36 Los mercaderes en los pueblos silbarán contra ti; vendrás a ser
espanto, y para siempre dejarás de ser.
EZEQUIEL 28
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, di al príncipe de
Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y
dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares
(siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios; 3 he
aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. 4 Con
tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y
plata en tus tesoros. 5 Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones
has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu
corazón. 6 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu
corazón como corazón de Dios, 7 por tanto, he aquí yo traigo sobre ti
extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra
la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor. 8 Al sepulcro te harán
descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares. 9
¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no
Dios, en la mano de tu matador. 10 De muerte de incircuncisos morirás por mano
de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.
11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 12 Hijo de hombre, levanta endechas
sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de
la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13 En Edén, en el
huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de
cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo,
esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados
para ti en el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse
en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te
paseabas. 15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado,
hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de la multitud de tus contrataciones
fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y
te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17 Se enalteció
tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu
esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que
miren en ti. 18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus
contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti,
el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los
que te miran. 19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se
maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.
Profecía contra Sidón
20 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 21 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia
Sidón, y profetiza contra ella, 22 y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He
aquí yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán
que yo soy Jehová, cuando haga en ella juicios, y en ella me santifique. 23
Enviaré a ella pestilencia y sangre en sus calles, y caerán muertos en medio de
ella, con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.
24 Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le
dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la menosprecian; y sabrán que yo soy
Jehová.
25 Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los
pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante
los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo
Jacob. 26 Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y
vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en
sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios.
Profecías contra Egipto
EZEQUIEL 29
1 En el año décimo, en el mes décimo, a los doce días del mes, vino a mí palabra
de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de
Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. 3 Habla, y di: Así ha dicho
Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran
dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo
hice. 4 Yo, pues, pondré garfios en tus quijadas, y pegaré los peces de tus ríos
a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos, y todos los peces de tus
ríos saldrán pegados a tus escamas. 5 Y te dejaré en el desierto a ti y a todos
los peces de tus ríos; sobre la faz del campo caerás; no serás recogido, ni
serás juntado; a las fieras de la tierra y a las aves del cielo te he dado por
comida.
6 Y sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy Jehová, por cuanto fueron
báculo de caña a la casa de Israel. 7 Cuando te tomaron con la mano, te
quebraste, y les rompiste todo el hombro; y cuando se apoyaron en ti, te
quebraste, y les rompiste sus lomos enteramente.
8 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo traigo contra ti
espada, y cortaré de ti hombres y bestias. 9 Y la tierra de Egipto será asolada
y desierta, y sabrán que yo soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es mío, y yo lo
hice. 10 Por tanto, he aquí yo estoy contra ti, y contra tus ríos; y pondré la
tierra de Egipto en desolación, en la soledad del desierto, desde Migdol hasta
Sevene, hasta el límite de Etiopía. 11 No pasará por ella pie de hombre, ni pie
de animal pasará por ella, ni será habitada, por cuarenta años. 12 Y pondré a la
tierra de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus ciudades entre las
ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años; y esparciré a Egipto
entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras.
13 Porque así ha dicho Jehová el Señor: Al fin de cuarenta años recogeré a
Egipto de entre los pueblos entre los cuales fueren esparcidos; 14 y volveré a
traer los cautivos de Egipto, y los llevaré a la tierra de Patros, a la tierra
de su origen; y allí serán un reino despreciable. 15 En comparación con los
otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones; porque yo los
disminuiré, para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones. 16 Y no será
ya más para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el
pecado de mirar en pos de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.
17 Aconteció en el año veintisiete en el mes primero, el día primero del mes,
que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 18 Hijo de hombre, Nabucodonosor rey
de Babilonia hizo a su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda
cabeza ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni para su
ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó contra ella. 19 Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor; He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de
Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus
despojos, y arrebatará botín, y habrá paga para su ejército. 20 Por su trabajo
con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron
para mí, dice Jehová el Señor.
21 En aquel tiempo haré retoñar el poder de la casa de Israel. Y abriré tu boca
en medio de ellos, y sabrán que yo soy Jehová.
EZEQUIEL 30
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza, y di: Así
ha dicho Jehová el Señor: Lamentad: ¡Ay de aquel día! 3 Porque cerca está el
día, cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de castigo de las naciones
será. 4 Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caigan
heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus fundamentos. 5
Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos de las tierras aliadas,
caerán con ellos a filo de espada. 6 Así ha dicho Jehová: También caerán los que
sostienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá; desde Migdol hasta Sevene
caerán en él a filo de espada, dice Jehová el Señor. 7 Y serán asolados entre
las tierras asoladas, y sus ciudades serán entre las ciudades desiertas. 8 Y
sabrán que yo soy Jehová, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados todos
sus ayudadores.
9 En aquel tiempo saldrán mensajeros de delante de mí en naves, para espantar a
Etiopía la confiada, y tendrán espanto como en el día de Egipto; porque he aquí
viene.
10 Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré las riquezas de Egipto por mano de
Nabucodonosor rey de Babilonia. 11 El, y con él su pueblo, los más fuertes de
las naciones, serán traídos para destruir la tierra; y desenvainarán sus espadas
sobre Egipto, y llenarán de muertos la tierra. 12 Y secaré los ríos, y entregaré
la tierra en manos de malos, y por mano de extranjeros destruiré la tierra y
cuanto en ella hay. Yo Jehová he hablado.
13 Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré también las imágenes, y destruiré los
ídolos de Menfis; y no habrá más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra
de Egipto pondré temor. 14 Asolaré a Patros, y pondré fuego a Zoán, y haré
juicios en Tebas. 15 Y derramaré mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y
exterminaré a la multitud de Tebas. 16 Y pondré fuego a Egipto; Sin tendrá gran
dolor, y Tebas será destrozada, y Menfis tendrá continuas angustias. 17 Los
jóvenes de Avén y de Pibeset caerán a filo de espada, y las mujeres irán en
cautiverio. 18 Y en Tafnes se oscurecerá el día, cuando quebrante yo allí el
poder de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su poderío; tiniebla la
cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio. 19 Haré, pues,
juicios en Egipto, y sabrán que yo soy Jehová.
20 Aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes,
que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 21 Hijo de hombre, he quebrado el
brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole
medicinas, ni poniéndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda
sostener la espada. 22 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí contra
Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré
que la espada se le caiga de la mano. 23 Y esparciré a los egipcios entre las
naciones, y los dispersaré por las tierras. 24 Y fortaleceré los brazos del rey
de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón,
y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte. 25 Fortaleceré, pues,
los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo
soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la
extienda contra la tierra de Egipto. 26 Y esparciré a los egipcios entre las
naciones, y los dispersaré por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová.
EZEQUIEL 31
1 Aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que
vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, di a Faraón rey de
Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza? 3 He aquí era el
asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande
altura, y su copa estaba entre densas ramas. 4 Las aguas lo hicieron crecer, lo
encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles
del campo enviaba sus corrientes. 5 Por tanto, se encumbró su altura sobre todos
los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas
aguas se alargó su ramaje que había echado. 6 En sus ramas hacían nido todas las
aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su
sombra habitaban muchas naciones. 7 Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la
extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas. 8 Los cedros
no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus
ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto
de Dios fue semejante a él en su hermosura. 9 Lo hice hermoso con la multitud de
sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios,
tuvieron de él envidia.
10 Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado en altura, y
haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura,
11 yo lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto le
tratará según su maldad. Yo lo he desechado. 12 Y lo destruirán extranjeros, los
poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán sobre los montes y
por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra será quebrado su
ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. 13
Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán
todas las bestias del campo, 14 para que no se exalten en su altura todos los
árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni
confíen en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a
muerte, a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que
descienden a la fosa.
15 Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice hacer luto,
hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron
detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se
desmayaron. 16 Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las
hice descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los
árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas,
fueron consolados en lo profundo de la tierra. 17 También ellos descendieron con
él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que
estuvieron a su sombra en medio de las naciones. 18 ¿A quién te has comparado
así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con
los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos
yacerás, con los muertos a espada.
Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová el Señor.
EZEQUIEL 32
1 Aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes,
que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, levanta endechas
sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y
eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas
con tus pies, y hollabas sus riberas. 3 Así ha dicho Jehová el Señor: Yo
extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi
red. 4 Y te dejaré en tierra, te echaré sobre la faz del campo, y haré posar
sobre ti todas las aves del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la
tierra. 5 Pondré tus carnes sobre los montes, y llenaré los valles de tus
cadáveres. 6 Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y
los arroyos se llenarán de ti. 7 Y cuando te haya extinguido, cubriré los
cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna
no hará resplandecer su luz. 8 Haré entenebrecer todos los astros brillantes del
cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor.
9 Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando lleve al cautiverio a los
tuyos entre las naciones, por las tierras que no conociste. 10 Y dejaré atónitos
por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando
haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en
sus ánimos a cada momento en el día de tu caída. 11 Porque así ha dicho Jehová
el Señor: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti. 12 Con espadas de
fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las naciones; y
destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha. 13 Todas sus
bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de
hombre, ni pezuña de bestia las enturbiará. 14 Entonces haré asentarse sus
aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor. 15 Cuando
asuele la tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo cuanto en ella
hay, cuando mate a todos los que en ella moran, sabrán que yo soy Jehová. 16
Esta es la endecha, y la cantarán; las hijas de las naciones la cantarán;
endecharán sobre Egipto y sobre toda su multitud, dice Jehová el Señor.
17 Aconteció en el año duodécimo, a los quince días del mes, que vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 18 Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de
Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo
de la tierra, con los que descienden a la sepultura. 19 Porque eres tan hermoso,
desciende, y yace con los incircuncisos. 20 Entre los muertos a espada caerá; a
la espada es entregado; traedlo a él y a todos sus pueblos. 21 De en medio del
Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que
descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada.
22 Allí está Asiria con toda su multitud; en derredor de él están sus sepulcros;
todos ellos cayeron muertos a espada. 23 Sus sepulcros fueron puestos a los
lados de la fosa, y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos
ellos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en la tierra de
los vivientes.
24 Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos
cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más
profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes,
mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro. 25 En medio de los
muertos le pusieron lecho con toda su multitud; a sus alrededores están sus
sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su
espanto en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que
descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos.
26 Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores;
todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en
la tierra de los vivientes. 27 Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos
que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus
espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos,
por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes. 28 Tú, pues,
serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada.
29 Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron
puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los incircuncisos, y con los
que descienden al sepulcro.
30 Allí los príncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su
terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también
incircuncisos con los muertos a espada, y comparten su confusión con los que
descienden al sepulcro.
31 A éstos verá Faraón, y se consolará sobre toda su multitud; Faraón muerto a
espada, y todo su ejército, dice Jehová el Señor. 32 Porque puse mi terror en la
tierra de los vivientes, también Faraón y toda su multitud yacerán entre los
incircuncisos con los muertos a espada, dice Jehová el Señor.
El deber del atalaya
(Ez. 3.16-21)
EZEQUIEL 33
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, habla a los hijos de
tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la
tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, 3 y él viere
venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, 4
cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la
espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. 5 El sonido de la trompeta
oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere
librará su vida. 6 Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la
trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a
alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano
del atalaya.
7 A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y
oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 8 Cuando yo dijere
al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el
impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la
demandaré de tu mano. 9 Y si tú avisares al impío de su camino para que se
aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú
libraste tu vida.
El camino de Dios es justo
(Ez. 18.21-32)
10 Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado
así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a
causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? 11 Diles: Vivo yo, dice
Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío
de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué
moriréis, oh casa de Israel? 12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu
pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la
impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y
el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. 13 Cuando yo dijere
al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad,
todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que
hizo. 14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de
su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, 15 si el impío restituyere
la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la
vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. 16 No se le
recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la
justicia; vivirá ciertamente.
17 Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el
camino de ellos es el que no es recto. 18 Cuando el justo se apartare de su
justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. 19 Y cuando el impío se apartare
de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. 20 Y
dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a
cada uno conforme a sus caminos.
Nuevas de la caída de Jerusalén
21 Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los
cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad
ha sido conquistada. 22 Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes
de llegar el fugitivo, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la
mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado.
23 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 24 Hijo de hombre, los que habitan
aquellos lugares asolados en la tierra de Israel hablan diciendo: Abraham era
uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la
tierra en posesión. 25 Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comeréis
con sangre, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y derramaréis sangre, y
poseeréis vosotros la tierra? 26 Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis
abominación, y contaminasteis cada cual a la mujer de su prójimo; ¿y habréis de
poseer la tierra? 27 Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que
los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está sobre
la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en
las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán. 28 Y convertiré la
tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los
montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. 29 Y sabrán que yo
soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desierto, por todas las
abominaciones que han hecho.
30 Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las
paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con
su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová. 31 Y
vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y
oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus
bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 32 Y he aquí que tú
eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus
palabras, pero no las pondrán por obra. 33 Pero cuando ello viniere (y viene
ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.
Profecía contra los pastores de Israel
EZEQUIEL 34
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los
pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el
Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No
apacientan los pastores a los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la
lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No
fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la
perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida,
sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. 5 Y andan
errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se
han dispersado. 6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo
collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no
hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.
7 Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 Vivo yo, ha dicho Jehová el
Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para
ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron
mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron
mis ovejas; 9 por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. 10 Así ha dicho
Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas
de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se
apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les
serán más por comida.
11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis
ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está
en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de
todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.
13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su
propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en
todos los lugares habitados del país. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en
los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en
pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. 15 Yo apacentaré
mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. 16 Yo buscaré la
perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y
fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré
con justicia.
17 Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí
yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. 18 ¿Os es poco
que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que
de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con
vuestros pies las que quedan? 19 Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies,
y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado.
20 Por tanto, así les dice Jehová el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la
oveja engordada y la oveja flaca, 21 por cuanto empujasteis con el costado y con
el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que
las echasteis y las dispersasteis. 22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán
para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23 Y levantaré sobre ellas a un
pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será
por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio
de ellos. Yo Jehová he hablado.
25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y
habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. 26 Y daré
bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia
en su tiempo; lluvias de bendición serán. 27 Y el árbol del campo dará su fruto,
y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que
yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los
que se sirven de ellos. 28 No serán más por despojo de las naciones, ni las
fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá
quien las espante. 29 Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán
ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las
naciones. 30 Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi
pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. 31 Y vosotras, ovejas mías,
ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.
Profecía contra el Monte Seir
EZEQUIEL 35
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia
el monte de Seir, y profetiza contra él, 3 y dile: Así ha dicho Jehová el Señor:
He aquí yo estoy contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y
te convertiré en desierto y en soledad. 4 A tus ciudades asolaré, y tú serás
asolado; y sabrás que yo soy Jehová. 5 Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y
entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su
aflicción, en el tiempo extremadamente malo, 6 por tanto, vivo yo, dice Jehová
el Señor, que a sangre te destinaré, y sangre te perseguirá; y porque la sangre
no aborreciste, sangre te perseguirá. 7 Y convertiré al monte de Seir en
desierto y en soledad, y cortaré de él al que vaya y al que venga. 8 Y llenaré
sus montes de sus muertos; en tus collados, en tus valles y en todos tus
arroyos, caerán muertos a espada. 9 Yo te pondré en asolamiento perpetuo, y tus
ciudades nunca más se restaurarán; y sabréis que yo soy Jehová.
10 Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y tomaré
posesión de ellas; estando allí Jehová; 11 por tanto, vivo yo, dice Jehová el
Señor, yo haré conforme a tu ira, y conforme a tu celo con que procediste, a
causa de tus enemistades con ellos; y seré conocido en ellos, cuando te juzgue.
12 Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra los
montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados para que los
devoremos. 13 Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis
contra mí vuestras palabras. Yo lo oí. 14 Así ha dicho Jehová el Señor: Para que
toda la tierra se regocije, yo te haré una desolación. 15 Como te alegraste
sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti;
asolado será el monte de Seir, y todo Edom, todo él; y sabrán que yo soy Jehová.
Restauración futura de Israel
EZEQUIEL 36
1 Tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: Montes de Israel,
oíd palabra de Jehová. 2 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto el enemigo
dijo de vosotros: ¡Ea! también las alturas eternas nos han sido dadas por
heredad; 3 profetiza, por tanto, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
os asolaron y os tragaron de todas partes, para que fueseis heredad de las otras
naciones, y se os ha hecho caer en boca de habladores y ser el oprobio de los
pueblos, 4 por tanto, montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así ha
dicho Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los
valles, a las ruinas y asolamientos y a las ciudades desamparadas, que fueron
puestas por botín y escarnio de las otras naciones alrededor; 5 por eso, así ha
dicho Jehová el Señor: He hablado por cierto en el fuego de mi celo contra las
demás naciones, y contra todo Edom, que se disputaron mi tierra por heredad con
alegría, de todo corazón y con enconamiento de ánimo, para que sus expulsados
fuesen presa suya. 6 Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y dí a los
montes y a los collados, y a los arroyos y a los valles: Así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado
el oprobio de las naciones. 7 Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: Yo he
alzado mi mano, he jurado que las naciones que están a vuestro alrededor han de
llevar su afrenta.
8 Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro
fruto para mi pueblo Israel; porque cerca están para venir. 9 Porque he aquí, yo
estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados. 10 Y
haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y
las ciudades serán habitadas, y edificadas las ruinas. 11 Multiplicaré sobre
vosotros hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar
como solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y
sabréis que yo soy Jehová. 12 Y haré andar hombres sobre vosotros, a mi pueblo
Israel; y tomarán posesión de ti, y les serás por heredad, y nunca más les
matarás los hijos. 13 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dicen de
vosotros: Comedora de hombres, y matadora de los hijos de tu nación has sido; 14
por tanto, no devorarás más hombres, y nunca más matarás a los hijos de tu
nación, dice Jehová el Señor. 15 Y nunca más te haré oír injuria de naciones, ni
más llevarás denuestos de pueblos, ni harás más morir a los hijos de tu nación,
dice Jehová el Señor.
16 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 17 Hijo de hombre, mientras la casa de
Israel moraba en su tierra, la contaminó con sus caminos y con sus obras; como
inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí. 18 Y derramé mi ira sobre
ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la
contaminaron. 19 Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las
tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué. 20 Y cuando
llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de
ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido. 21 Pero he
tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las
naciones adonde fueron.
22 Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago
por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual
profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. 23 Y santificaré
mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en
medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor,
cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. 24 Y yo os tomaré de las
naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. 25
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón
de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi
Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los
pongáis por obra. 28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y
vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. 29 Y os guardaré
de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os
daré hambre. 30 Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los
campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. 31 Y
os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron
buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por
vuestras abominaciones. 32 No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor,
sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa
de Israel.
33 Así ha dicho Jehová el Señor: El día que os limpie de todas vuestras
iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán
reedificadas. 34 Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido
asolada a ojos de todos los que pasaron. 35 Y dirán: Esta tierra que era asolada
ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y
asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas. 36 Y las naciones que
queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado,
y planté lo que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo haré.
37 Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para
hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños. 38 Como
las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes,
así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo
soy Jehová.
El valle de los huesos secos
EZEQUIEL 37
1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me
puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Y me hizo pasar cerca de
ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del
campo, y por cierto secos en gran manera. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán
estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4 Me dijo entonces: Profetiza
sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho
Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y
viviréis. 6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne,
y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que
yo soy Jehová.
7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba,
y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y
miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por
encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al
espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el
Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y
vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y
vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He
aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y
somos del todo destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová
el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de
vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy
Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas,
pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar
sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.
La reunión de Judá e Israel
15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 16 Hijo de hombre, toma ahora un palo,
y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma
después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la
casa de Israel sus compañeros. 17 Júntalos luego el uno con el otro, para que
sean uno solo, y serán uno solo en tu mano. 18 Y cuando te pregunten los hijos
de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?, 19 diles:
Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la
mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el
palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano. 20 Y los palos
sobre que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos, 21 y les dirás: Así
ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las
naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su
tierra; 22 y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey
será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán
divididos en dos reinos. 23 Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus
abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones
con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por
Dios.
24 Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y
andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. 25
Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros
padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para
siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre. 26 Y haré con
ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los
multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27 Estará en medio
de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
28 Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario
en medio de ellos para siempre.
Profecía contra Gog
EZEQUIEL 38
1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro contra
Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra
él, 3 y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog,
príncipe soberano de Mesec y Tubal. 4 Y te quebrantaré, y pondré garfios en tus
quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de todo en
todo equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos ellos
espadas; 5 Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; 6 Gomer,
y todas sus tropas; la casa de Togarma, de los confines del norte, y todas sus
tropas; muchos pueblos contigo.
7 Prepárate y apercíbete, tú y toda tu multitud que se ha reunido a ti, y sé tú
su guarda. 8 De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la
tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel,
que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos
morarán confiadamente. 9 Subirás tú, y vendrás como tempestad; como nublado para
cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas, y muchos pueblos contigo.
10 Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel día subirán palabras en tu corazón, y
concebirás mal pensamiento, 11 y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré
contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin
muros, y no tienen cerrojos ni puertas; 12 para arrebatar despojos y para tomar
botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el
pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que
mora en la parte central de la tierra. 13 Sabá y Dedán, y los mercaderes de
Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: ¿Has venido a arrebatar despojos? ¿Has
reunido tu multitud para tomar botín, para quitar plata y oro, para tomar
ganados y posesiones, para tomar grandes despojos?
14 Por tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así ha dicho Jehová el
Señor: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite con seguridad, ¿no lo
sabrás tú? 15 Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos
pueblos contigo, todos ellos a caballo, gran multitud y poderoso ejército, 16 y
subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo
de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan,
cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.
17 Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No eres tú aquel de quien hablé yo en tiempos
pasados por mis siervos los profetas de Israel, los cuales profetizaron en
aquellos tiempos que yo te había de traer sobre ellos? 18 En aquel tiempo,
cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi ira
y mi enojo. 19 Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en
aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; 20 que los peces del
mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra
sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra,
temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados
caerán, y todo muro caerá a tierra. 21 Y en todos mis montes llamaré contra él
la espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano.
22 Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él,
sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia,
y piedras de granizo, fuego y azufre. 23 Y seré engrandecido y santificado, y
seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.
EZEQUIEL 39
1 Tú pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: Así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. 2
Y te quebrantaré, y te conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te
traeré sobre los montes de Israel; 3 y sacaré tu arco de tu mano izquierda, y
derribaré tus saetas de tu mano derecha. 4 Sobre los montes de Israel caerás tú
y todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo; a aves de rapiña de toda
especie, y a las fieras del campo, te he dado por comida. 5 Sobre la faz del
campo caerás; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. 6 Y enviaré fuego
sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y sabrán que yo
soy Jehová.
7 Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más
dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el
Santo en Israel. 8 He aquí viene, y se cumplirá, dice Jehová el Señor; este es
el día del cual he hablado.
9 Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán
armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán
en el fuego por siete años. 10 No traerán leña del campo, ni cortarán de los
bosques, sino quemarán las armas en el fuego; y despojarán a sus despojadores, y
robarán a los que les robaron, dice Jehová el Señor.
11 En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle
de los que pasan al oriente del mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues
allí enterrarán a Gog y a toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog.
12 Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la
tierra. 13 Los enterrará todo el pueblo de la tierra; y será para ellos célebre
el día en que yo sea glorificado, dice Jehová el Señor. 14 Y tomarán hombres a
jornal que vayan por el país con los que viajen, para enterrar a los que queden
sobre la faz de la tierra, a fin de limpiarla; al cabo de siete meses harán el
reconocimiento. 15 Y pasarán los que irán por el país, y el que vea los huesos
de algún hombre pondrá junto a ellos una señal, hasta que los entierren los
sepultureros en el valle de Hamón-gog. 16 Y también el nombre de la ciudad será
Hamona; y limpiarán la tierra.
17 Y tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Di a las aves de toda
especie, y a toda fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a
mi víctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de
Israel; y comeréis carne y beberéis sangre. 18 Comeréis carne de fuertes, y
beberéis sangre de príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos
cabríos, de bueyes y de toros, engordados todos en Basán. 19 Comeréis grosura
hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas que para
vosotros sacrifiqué. 20 Y os saciaréis sobre mi mesa, de caballos y de jinetes
fuertes y de todos los hombres de guerra, dice Jehová el Señor.
21 Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio
que habré hecho, y mi mano que sobre ellos puse. 22 Y de aquel día en adelante
sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios. 23 Y sabrán las naciones que
la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron
contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus
enemigos, y cayeron todos a espada. 24 Conforme a su inmundicia y conforme a sus
rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro.
25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de
Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por
mi santo nombre. 26 Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que
prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya
quien los espante; 27 cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la
tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas
naciones. 28 Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos
llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar
allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré
derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.
La visión del templo
EZEQUIEL 40
1 En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez
días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel
mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá. 2 En visiones de
Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el
cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur. 3 Me
llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía
un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; y él estaba a la puerta. 4 Y
me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus
oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te
las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel.
5 Y he aquí un muro fuera de la casa; y la caña de medir que aquel varón tenía
en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor; y midió el espesor del
muro, de una caña, y la altura, de otra caña. 6 Después vino a la puerta que
mira hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió un poste de la puerta, de
una caña de ancho, y el otro poste, de otra caña de ancho. 7 Y cada cámara tenía
una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras había cinco codos de
ancho; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por dentro, una
caña. 8 Midió asimismo la entrada de la puerta por dentro, una caña. 9 Midió
luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos; y la
puerta del portal estaba por el lado de adentro. 10 Y la puerta oriental tenía
tres cámaras a cada lado, las tres de una medida; también de una medida los
portales a cada lado. 11 Midió el ancho de la entrada de la puerta, de diez
codos, y la longitud del portal, de trece codos. 12 El espacio delante de las
cámaras era de un codo a un lado, y de otro codo al otro lado; y cada cámara
tenía seis codos por un lado, y seis codos por el otro. 13 Midió la puerta desde
el techo de una cámara hasta el techo de la otra, veinticinco codos de ancho,
puerta contra puerta. 14 Y midió los postes, de sesenta codos, cada poste del
atrio y del portal todo en derredor. 15 Y desde el frente de la puerta de la
entrada hasta el frente de la entrada de la puerta interior, cincuenta codos. 16
Y había ventanas estrechas en las cámaras, y en sus portales por dentro de la
puerta alrededor, y asimismo en los corredores; y las ventanas estaban alrededor
por dentro; y en cada poste había palmeras.
17 Me llevó luego al atrio exterior, y he aquí había cámaras, y estaba enlosado
todo en derredor; treinta cámaras había alrededor en aquel atrio. 18 El enlosado
a los lados de las puertas, en proporción a la longitud de los portales, era el
enlosado más bajo. 19 Y midió la anchura desde el frente de la puerta de abajo
hasta el frente del atrio interior por fuera, de cien codos hacia el oriente y
el norte.
20 Y de la puerta que estaba hacia el norte en el atrio exterior, midió su
longitud y su anchura. 21 Sus cámaras eran tres de un lado, y tres del otro; y
sus postes y sus arcos eran como la medida de la puerta primera: cincuenta codos
de longitud, y veinticinco de ancho. 22 Y sus ventanas y sus arcos y sus
palmeras eran conforme a la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y
se subía a ella por siete gradas, y delante de ellas estaban sus arcos. 23 La
puerta del atrio interior estaba enfrente de la puerta hacia el norte, y así al
oriente; y midió de puerta a puerta, cien codos.
24 Me llevó después hacia el sur, y he aquí una puerta hacia el sur; y midió sus
portales y sus arcos conforme a estas medidas. 25 Y tenía sus ventanas y sus
arcos alrededor, como las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos, y
el ancho de veinticinco codos. 26 Sus gradas eran de siete peldaños, con sus
arcos delante de ellas; y tenía palmeras, una de un lado, y otra del otro lado,
en sus postes. 27 Había también puerta hacia el sur del atrio interior; y midió
de puerta a puerta hacia el sur cien codos.
28 Me llevó después en el atrio de adentro a la puerta del sur, y midió la
puerta del sur conforme a estas medidas. 29 Sus cámaras y sus postes y sus arcos
eran conforme a estas medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la
longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 30 Los arcos
alrededor eran de veinticinco codos de largo, y cinco codos de ancho. 31 Y sus
arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes; y sus gradas eran de
ocho peldaños.
32 Y me llevó al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta conforme a
estas medidas. 33 Eran sus cámaras y sus postes y sus arcos conforme a estas
medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de
cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. 34 Y sus arcos caían afuera
al atrio, con palmeras en sus postes de un lado y de otro; y sus gradas eran de
ocho peldaños.
35 Me llevó luego a la puerta del norte, y midió conforme a estas medidas; 36
sus cámaras, sus postes, sus arcos y sus ventanas alrededor; la longitud era de
cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 37 Sus postes caían afuera al
atrio, con palmeras a cada uno de sus postes de un lado y de otro; y sus gradas
eran de ocho peldaños.
38 Y había allí una cámara, y su puerta con postes de portales; allí lavarán el
holocausto. 39 Y en la entrada de la puerta había dos mesas a un lado, y otras
dos al otro, para degollar sobre ellas el holocausto y la expiación y el
sacrificio por el pecado. 40 A un lado, por fuera de las gradas, a la entrada de
la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de
la puerta, dos mesas. 41 Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado,
junto a la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán las víctimas. 42 Las
cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de un codo y medio de
longitud, y codo y medio de ancho, y de un codo de altura; sobre éstas pondrán
los utensilios con que degollarán el holocausto y el sacrificio. 43 Y adentro,
ganchos, de un palmo menor, dispuestos en derredor; y sobre las mesas la carne
de las víctimas.
44 Y fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al lado de
la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban
hacia el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el
norte. 45 Y me dijo: Esta cámara que mira hacia el sur es de los sacerdotes que
hacen la guardia del templo. 46 Y la cámara que mira hacia el norte es de los
sacerdotes que hacen la guardia del altar; estos son los hijos de Sadoc, los
cuales son llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová. 47 Y midió el
atrio, cien codos de longitud, y cien codos de anchura; era cuadrado; y el altar
estaba delante de la casa.
48 Y me llevó al pórtico del templo, y midió cada poste del pórtico, cinco codos
de un lado, y cinco codos de otro; y la anchura de la puerta tres codos de un
lado, y tres codos de otro. 49 La longitud del pórtico, veinte codos, y el ancho
once codos, al cual subían por gradas; y había columnas junto a los postes, una
de un lado, y otra de otro.
EZEQUIEL 41
1 Me introdujo luego en el templo, y midió los postes, siendo el ancho seis
codos de un lado, y seis codos de otro, que era el ancho del tabernáculo. 2 El
ancho de la puerta era de diez codos, y los lados de la puerta, de cinco codos
de un lado, y cinco del otro. Y midió su longitud, de cuarenta codos, y la
anchura de veinte codos. 3 Y pasó al interior, y midió cada poste de la puerta,
de dos codos; y la puerta, de seis codos; y la anchura de la entrada, de siete
codos. 4 Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte
codos, delante del templo; y me dijo: Este es el lugar santísimo.
5 Después midió el muro de la casa, de seis codos; y de cuatro codos la anchura
de las cámaras, en torno de la casa alrededor. 6 Las cámaras laterales estaban
sobrepuestas unas a otras, treinta en cada uno de los tres pisos; y entraban
modillones en la pared de la casa alrededor, sobre los que estribasen las
cámaras, para que no estribasen en la pared de la casa. 7 Y había mayor anchura
en las cámaras de más arriba; la escalera de caracol de la casa subía muy alto
alrededor por dentro de la casa; por tanto, la casa tenía más anchura arriba.
Del piso inferior se podía subir al de en medio, y de éste al superior. 8 Y miré
la altura de la casa alrededor; los cimientos de las cámaras eran de una caña
entera de seis codos largos. 9 El ancho de la pared de afuera de las cámaras era
de cinco codos, igual al espacio que quedaba de las cámaras de la casa por
dentro. 10 Y entre las cámaras había anchura de veinte codos por todos lados
alrededor de la casa. 11 La puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba,
una puerta hacia el norte, y otra puerta hacia el sur; y el ancho del espacio
que quedaba era de cinco codos por todo alrededor.
12 Y el edificio que estaba delante del espacio abierto al lado del occidente
era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco codos de grueso
alrededor, y noventa codos de largo.
13 Luego midió la casa, cien codos de largo; y el espacio abierto y el edificio
y sus paredes, de cien codos de longitud. 14 Y el ancho del frente de la casa y
del espacio abierto al oriente era de cien codos.
15 Y midió la longitud del edificio que estaba delante del espacio abierto que
había detrás de él, y las cámaras de uno y otro lado, cien codos; y el templo de
dentro, y los portales del atrio. 16 Los umbrales y las ventanas estrechas y las
cámaras alrededor de los tres pisos estaba todo cubierto de madera desde el
suelo hasta las ventanas; y las ventanas también cubiertas. 17 Por encima de la
puerta, y hasta la casa de adentro, y afuera de ella, y por toda la pared en
derredor por dentro y por fuera, tomó medidas. 18 Y estaba labrada con
querubines y palmeras, entre querubín y querubín una palmera; y cada querubín
tenía dos rostros; 19 un rostro de hombre hacia la palmera del un lado, y un
rostro de león hacia la palmera del otro lado, por toda la casa alrededor. 20
Desde el suelo hasta encima de la puerta había querubines labrados y palmeras,
por toda la pared del templo.
21 Cada poste del templo era cuadrado, y el frente del santuario era como el
otro frente. 22 La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud
de dos codos; y sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Y me
dijo: Esta es la mesa que está delante de Jehová. 23 El templo y el santuario
tenían dos puertas. 24 Y en cada puerta había dos hojas, dos hojas que giraban;
dos hojas en una puerta, y otras dos en la otra. 25 En las puertas del templo
había labrados de querubines y palmeras, así como los que había en las paredes;
y en la fachada del atrio al exterior había un portal de madera. 26 Y había
ventanas estrechas, y palmeras de uno y otro lado a los lados del pórtico; así
eran las cámaras de la casa y los umbrales.
EZEQUIEL 42
1 Me trajo luego al atrio exterior hacia el norte, y me llevó a la cámara que
estaba delante del espacio abierto que quedaba enfrente del edificio, hacia el
norte. 2 Por delante de la puerta del norte su longitud era de cien codos, y el
ancho de cincuenta codos. 3 Frente a los veinte codos que había en el atrio
interior, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las
cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos. 4 Y delante de las
cámaras había un corredor de diez codos de ancho hacia adentro, con una vía de
un codo; y sus puertas daban al norte. 5 Y las cámaras más altas eran más
estrechas; porque las galerías quitaban de ellas más que de las bajas y de las
de en medio del edificio. 6 Porque estaban en tres pisos, y no tenían columnas
como las columnas de los atrios; por tanto, eran más estrechas que las de abajo
y las de en medio, desde el suelo. 7 Y el muro que estaba afuera enfrente de las
cámaras, hacia el atrio exterior delante de las cámaras, tenía cincuenta codos
de largo. 8 Porque la longitud de las cámaras del atrio de afuera era de
cincuenta codos; y delante de la fachada del templo había cien codos. 9 Y debajo
de las cámaras estaba la entrada al lado oriental, para entrar en él desde el
atrio exterior.
10 A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente del espacio
abierto, y delante del edificio, había cámaras. 11 Y el corredor que había
delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte;
tanto su longitud como su ancho eran lo mismo, y todas sus salidas, conforme a
sus puertas y conforme a sus entradas. 12 Así también eran las puertas de las
cámaras que estaban hacia el sur; había una puerta al comienzo del corredor que
había enfrente del muro al lado oriental, para quien entraba en las cámaras.
13 Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio
abierto, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová
comerán las santas ofrendas; allí pondrán las ofrendas santas, la ofrenda y la
expiación y el sacrifico por el pecado, porque el lugar es santo. 14 Cuando los
sacerdotes entren, no saldrán del lugar santo al atrio exterior, sino que allí
dejarán sus vestiduras con que ministran, porque son santas; y se vestirán otros
vestidos, y así se acercarán a lo que es del pueblo.
15 Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, me sacó por el camino de
la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor. 16 Midió el
lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir
alrededor. 17 Midió al lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir
alrededor. 18 Midió al lado del sur, quinientas cañas de la caña de medir. 19
Rodeó al lado del occidente, y midió quinientas cañas de la caña de medir. 20 A
los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de
longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y
el lugar profano.
La gloria de Jehová llena el templo
EZEQUIEL 43
1 Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente; 2 y he aquí
la gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su sonido era como el
sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. 3 Y el
aspecto de lo que vi era como una visión, como aquella visión que vi cuando vine
para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río
Quebar; y me postré sobre mi rostro. 4 Y la gloria de Jehová entró en la casa
por la vía de la puerta que daba al oriente. 5 Y me alzó el Espíritu y me llevó
al atrio interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa.
Leyes del templo
6 Y oí uno que me hablaba desde la casa; y un varón estaba junto a mí, 7 y me
dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las
plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre;
y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes,
con sus fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus reyes en sus lugares
altos. 8 Porque poniendo ellos su umbral junto a mi umbral, y su contrafuerte
junto a mi contrafuerte, mediando sólo una pared entre mí y ellos, han
contaminado mi santo nombre con sus abominaciones que hicieron; por tanto, los
consumí en mi furor. 9 Ahora arrojarán lejos de mí sus fornicaciones, y los
cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré en medio de ellos para siempre.
10 Tú, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de
sus pecados; y midan el diseño de ella. 11 Y si se avergonzaren de todo lo que
han hecho, hazles entender el diseño de la casa, su disposición, sus salidas y
sus entradas, y todas sus formas, y todas sus descripciones, y todas sus
configuraciones, y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos, para que
guarden toda su forma y todas sus reglas, y las pongan por obra. 12 Esta es la
ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, todo en derredor,
será santísimo. He aquí que esta es la ley de la casa.
13 Estas son las medidas del altar por codos (el codo de a codo y palmo menor).
La base, de un codo, y de un codo el ancho; y su remate por su borde alrededor,
de un palmo. Este será el zócalo del altar. 14 Y desde la base, sobre el suelo,
hasta el lugar de abajo, dos codos, y la anchura de un codo; y desde la cornisa
menor hasta la cornisa mayor, cuatro codos, y el ancho de un codo. 15 El altar
era de cuatro codos, y encima del altar había cuatro cuernos. 16 Y el altar
tenía doce codos de largo, y doce de ancho, cuadrado a sus cuatro lados. 17 El
descanso era de catorce codos de longitud y catorce de anchura en sus cuatro
lados, y de medio codo el borde alrededor; y la base de un codo por todos lados;
y sus gradas estaban al oriente.
18 Y me dijo: Hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Estas son las
ordenanzas del altar el día en que sea hecho, para ofrecer holocausto sobre él y
para esparcir sobre él sangre. 19 A los sacerdotes levitas que son del linaje de
Sadoc, que se acerquen a mí, dice Jehová el Señor, para ministrar ante mí, darás
un becerro de la vacada para expiación. 20 Y tomarás de su sangre, y pondrás en
los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas del descanso, y en el
borde alrededor; así lo limpiarás y purificarás. 21 Tomarás luego el becerro de
la expiación, y lo quemarás conforme a la ley de la casa, fuera del santuario.
22 Al segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto, para expiación; y
purificarán el altar como lo purificaron con el becerro. 23 Cuando acabes de
expiar, ofrecerás un becerro de la vacada sin defecto, y un carnero sin tacha de
la manada; 24 y los ofrecerás delante de Jehová, y los sacerdotes echarán sal
sobre ellos, y los ofrecerán en holocausto a Jehová. 25 Por siete días
sacrificarán un macho cabrío cada día en expiación; asimismo sacrificarán el
becerro de la vacada y un carnero sin tacha del rebaño. 26 Por siete días harán
expiación por el altar, y lo limpiarán, y así lo consagrarán. 27 Y acabados
estos días, del octavo día en adelante, los sacerdotes sacrificarán sobre el
altar vuestros holocaustos y vuestras ofrendas de paz; y me seréis aceptos, dice
Jehová el Señor.
EZEQUIEL 44
1 Me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el
oriente; y estaba cerrada. 2 Y me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se
abrirá, ni entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella;
estará, por tanto, cerrada. 3 En cuanto al príncipe, por ser el príncipe, él se
sentará allí para comer pan delante de Jehová; por el vestíbulo de la puerta
entrará, y por ese mismo camino saldrá.
4 Y me llevó hacia la puerta del norte por delante de la casa; y miré, y he aquí
la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová; y me postré sobre mi
rostro. 5 Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, pon atención, y mira con tus ojos, y
oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la
casa de Jehová, y todas sus leyes; y pon atención a las entradas de la casa, y a
todas las salidas del santuario. 6 Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel:
Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa
de Israel; 7 de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de
carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan,
la grosura y la sangre, y de invalidar mi pacto con todas vuestras
abominaciones. 8 Pues no habéis guardado lo establecido acerca de mis cosas
santas, sino que habéis puesto extranjeros como guardas de las ordenanzas en mi
santuario.
9 Así ha dicho Jehová el Señor: Ningún hijo de extranjero, incircunciso de
corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos los hijos de
extranjeros que están entre los hijos de Israel. 10 Y los levitas que se
apartaron de mí cuando Israel se alejó de mí, yéndose tras sus ídolos, llevarán
su iniquidad. 11 Y servirán en mi santuario como porteros a las puertas de la
casa y sirvientes en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima para el
pueblo, y estarán ante él para servirle. 12 Por cuanto les sirvieron delante de
sus ídolos, y fueron a la casa de Israel por tropezadero de maldad; por tanto,
he alzado mi mano y jurado, dice Jehová el Señor, que ellos llevarán su
iniquidad. 13 No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se
acercarán a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino que
llevarán su vergüenza y las abominaciones que hicieron. 14 Les pondré, pues, por
guardas encargados de la custodia de la casa, para todo el servicio de ella, y
para todo lo que en ella haya de hacerse.
15 Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del
santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para
ministrar ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la
sangre, dice Jehová el Señor. 16 Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán
a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas. 17 Y cuando entren por las
puertas del atrio interior, se vestirán vestiduras de lino; no llevarán sobre
ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro
de la casa. 18 Turbantes de lino tendrán sobre sus cabezas, y calzoncillos de
lino sobre sus lomos; no se ceñirán cosa que los haga sudar. 19 Cuando salgan al
atrio exterior, al atrio de afuera, al pueblo, se quitarán las vestiduras con
que ministraron, y las dejarán en las cámaras del santuario, y se vestirán de
otros vestidos, para no santificar al pueblo con sus vestiduras. 20 Y no se
raparán su cabeza, ni dejarán crecer su cabello, sino que lo recortarán
solamente. 21 Ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el
atrio interior. 22 Ni viuda ni repudiada tomará por mujer, sino que tomará
virgen del linaje de la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote. 23
Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les
enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio. 24 En los casos de pleito
ellos estarán para juzgar; conforme a mis juicios juzgarán; y mis leyes y mis
decretos guardarán en todas mis fiestas solemnes, y santificarán mis días de
reposo. 25 No se acercarán a hombre muerto para contaminarse; pero por padre o
madre, hijo o hija, hermano, o hermana que no haya tenido marido, sí podrán
contaminarse. 26 Y después de su purificación, le contarán siete días. 27 Y el
día que entre al santuario, al atrio interior, para ministrar en el santuario,
ofrecerá su expiación, dice Jehová el Señor.
28 Y habrá para ellos heredad; yo seré su heredad, pero no les daréis posesión
en Israel; yo soy su posesión. 29 La ofrenda y la expiación y el sacrificio por
el pecado comerán, y toda cosa consagrada en Israel será de ellos. 30 Y las
primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se
presente de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes; asimismo daréis al
sacerdote las primicias de todas vuestras masas, para que repose la bendición en
vuestras casas. 31 Ninguna cosa mortecina ni desgarrada, así de aves como de
animales, comerán los sacerdotes.
EZEQUIEL 45
1 Cuando repartáis por suertes la tierra en heredad, apartaréis una porción para
Jehová, que le consagraréis en la tierra, de longitud de veinticinco mil cañas y
diez mil de ancho; esto será santificado en todo su territorio alrededor. 2 De
esto será para el santuario quinientas cañas de longitud y quinientas de ancho,
en cuadro alrededor; y cincuenta codos en derredor para sus ejidos. 3 Y de esta
medida medirás en longitud veinticinco mil cañas, y en ancho diez mil, en lo
cual estará el santuario y el lugar santísimo. 4 Lo consagrado de esta tierra
será para los sacerdotes, ministros del santuario, que se acercan para ministrar
a Jehová; y servirá de lugar para sus casas, y como recinto sagrado para el
santuario. 5 Asimismo veinticinco mil cañas de longitud y diez mil de ancho, lo
cual será para los levitas ministros de la casa, como posesión para sí, con
veinte cámaras.
6 Para propiedad de la ciudad señalaréis cinco mil de anchura y veinticinco mil
de longitud, delante de lo que se apartó para el santuario; será para toda la
casa de Israel.
7 Y la parte del príncipe estará junto a lo que se apartó para el santuario, de
uno y otro lado, y junto a la posesión de la ciudad, delante de lo que se apartó
para el santuario, y delante de la posesión de la ciudad, desde el extremo
occidental hasta el extremo oriental, y la longitud será desde el límite
occidental hasta el límite oriental. 8 Esta tierra tendrá por posesión en
Israel, y nunca más mis príncipes oprimirán a mi pueblo; y darán la tierra a la
casa de Israel conforme a sus tribus.
9 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Basta ya, oh príncipes de Israel! Dejad la
violencia y la rapiña. Haced juicio y justicia; quitad vuestras imposiciones de
sobre mi pueblo, dice Jehová el Señor.
10 Balanzas justas, efa justo, y bato justo tendréis. 11 El efa y el bato serán
de una misma medida: que el bato tenga la décima parte del homer, y la décima
parte del homer el efa; la medida de ellos será según el homer. 12 Y el siclo
será de veinte geras. Veinte siclos, veinticinco siclos, quince siclos, os serán
una mina.
13 Esta será la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un efa por cada homer
del trigo, y la sexta parte de un efa por cada homer de la cebada. 14 La
ordenanza para el aceite será que ofreceréis un bato de aceite, que es la décima
parte de un coro; diez batos harán un homer; porque diez batos son un homer. 15
Y una cordera del rebaño de doscientas, de las engordadas de Israel, para
sacrificio, y para holocausto y para ofrendas de paz, para expiación por ellos,
dice Jehová el Señor. 16 Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar esta
ofrenda para el príncipe de Israel. 17 Mas al príncipe corresponderá el dar el
holocausto y el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las lunas
nuevas, en los días de reposo y en todas las fiestas de la casa de Israel; él
dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto y las ofrendas de paz, para
hacer expiación por la casa de Israel.
18 Así ha dicho Jehová el Señor: El mes primero, el día primero del mes, tomarás
de la vacada un becerro sin defecto, y purificarás el santuario. 19 Y el
sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y pondrá sobre los postes de la
casa, y sobre los cuatro ángulos del descanso del altar, y sobre los postes de
las puertas del atrio interior. 20 Así harás el séptimo día del mes para los que
pecaron por error y por engaño, y harás expiación por la casa.
21 El mes primero, a los catorce días del mes, tendréis la pascua, fiesta de
siete días; se comerá pan sin levadura. 22 Aquel día el príncipe sacrificará por
sí mismo y por todo el pueblo de la tierra, un becerro por el pecado. 23 Y en
los siete días de la fiesta solemne ofrecerá holocausto a Jehová, siete becerros
y siete carneros sin defecto, cada día de los siete días; y por el pecado un
macho cabrío cada día. 24 Y con cada becerro ofrecerá ofrenda de un efa, y con
cada carnero un efa; y por cada efa un hin de aceite. 25 En el mes séptimo, a
los quince días del mes, en la fiesta, hará como en estos siete días en cuanto a
la expiación, en cuanto al holocausto, en cuanto al presente y en cuanto al
aceite.
EZEQUIEL 46
1 Así ha dicho Jehová el Señor: La puerta del atrio interior que mira al oriente
estará cerrada los seis días de trabajo, y el día de reposo se abrirá; se abrirá
también el día de la luna nueva. 2 Y el príncipe entrará por el camino del
portal de la puerta exterior, y estará en pie junto al umbral de la puerta
mientras los sacerdotes ofrezcan su holocausto y sus ofrendas de paz, y adorará
junto a la entrada de la puerta; después saldrá; pero no se cerrará la puerta
hasta la tarde. 3 Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante de Jehová, a
la entrada de la puerta, en los días de reposo y en las lunas nuevas. 4 El
holocausto que el príncipe ofrecerá a Jehová en el día de reposo será seis
corderos sin defecto, y un carnero sin tacha; 5 y por ofrenda un efa con cada
carnero; y con cada cordero una ofrenda conforme a sus posibilidades, y un hin
de aceite con el efa. 6 Mas el día de la luna nueva, un becerro sin tacha de la
vacada, seis corderos, y un carnero; deberán ser sin defecto. 7 Y hará ofrenda
de un efa con el becerro, y un efa con cada carnero; pero con los corderos,
conforme a sus posibilidades; y un hin de aceite por cada efa. 8 Y cuando el
príncipe entrare, entrará por el camino del portal de la puerta, y por el mismo
camino saldrá.
9 Mas cuando el pueblo de la tierra entrare delante de Jehová en las fiestas, el
que entrare por la puerta del norte saldrá por la puerta del sur, y el que
entrare por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte; no volverá por la
puerta por donde entró, sino que saldrá por la de enfrente de ella. 10 Y el
príncipe, cuando ellos entraren, entrará en medio de ellos; y cuando ellos
salieren, él saldrá.
11 Y en las fiestas y en las asambleas solemnes será la ofrenda un efa con cada
becerro, y un efa con cada carnero; y con los corderos, conforme a sus
posibilidades; y un hin de aceite con cada efa. 12 Mas cuando el príncipe
libremente hiciere holocausto u ofrendas de paz a Jehová, le abrirán la puerta
que mira al oriente, y hará su holocausto y sus ofrendas de paz, como hace en el
día de reposo; después saldrá, y cerrarán la puerta después que saliere.
13 Y ofrecerás en sacrificio a Jehová cada día en holocausto un cordero de un
año sin defecto; cada mañana lo sacrificarás. 14 Y con él harás todas las
mañanas ofrenda de la sexta parte de un efa, y la tercera parte de un hin de
aceite para mezclar con la flor de harina; ofrenda para Jehová continuamente,
por estatuto perpetuo. 15 Ofrecerán, pues, el cordero y la ofrenda y el aceite,
todas las mañanas en holocausto continuo.
16 Así ha dicho Jehová el Señor: Si el príncipe diere parte de su heredad a sus
hijos, será de ellos; posesión de ellos será por herencia. 17 Mas si de su
heredad diere parte a alguno de sus siervos, será de él hasta el año del
jubileo, y volverá al príncipe; mas su herencia será de sus hijos. 18 Y el
príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo, para no defraudarlos de su
posesión; de lo que él posee dará herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de
mi pueblo sea echado de su posesión.
19 Me trajo después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras
santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que había allí un
lugar en el fondo del lado de occidente. 20 Y me dijo: Este es el lugar donde
los sacerdotes cocerán la ofrenda por el pecado y la expiación; allí cocerán la
ofrenda, para no sacarla al atrio exterior, santificando así al pueblo.
21 Y luego me sacó al atrio exterior, y me llevó por los cuatro rincones del
atrio; y en cada rincón había un patio. 22 En los cuatro rincones del atrio
había patios cercados, de cuarenta codos de longitud y treinta de ancho; una
misma medida tenían los cuatro. 23 Y había una pared alrededor de ellos,
alrededor de los cuatro, y abajo fogones alrededor de las paredes. 24 Y me dijo:
Estas son las cocinas, donde los servidores de la casa cocerán la ofrenda del
pueblo.
Las aguas salutíferas
EZEQUIEL 47
1 Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de
debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa
estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la
casa, al sur del altar. 2 Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me
hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la
que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho.
3 Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil
codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. 4 Midió otros mil, y me
hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo
pasar por las aguas hasta los lomos. 5 Midió otros mil, y era ya un río que yo
no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía
pasar sino a nado. 6 Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?
Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. 7 Y volviendo yo, vi
que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. 8 Y me
dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y
entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. 9 Y toda
alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y
habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad;
y vivirá todo lo que entrare en este río. 10 Y junto a él estarán los
pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por
sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. 11 Sus
pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. 12 Y junto al río,
en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus
hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas
salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.
Límites y repartición de la tierra
13 Así ha dicho Jehová el Señor: Estos son los límites en que repartiréis la
tierra por heredad entre las doce tribus de Israel. José tendrá dos partes. 14 Y
la heredaréis así los unos como los otros; por ella alcé mi mano jurando que la
había de dar a vuestros padres; por tanto, esta será la tierra de vuestra
heredad.
15 Y este será el límite de la tierra hacia el lado del norte; desde el Mar
Grande, camino de Hetlón viniendo a Zedad, 16 Hamat, Berota, Sibraim, que está
entre el límite de Damasco y el límite de Hamat; Hazar-haticón, que es el límite
de Haurán. 17 Y será el límite del norte desde el mar hasta Hazar-enán en el
límite de Damasco al norte, y al límite de Hamat al lado del norte.
18 Del lado del oriente, en medio de Haurán y de Damasco, y de Galaad y de la
tierra de Israel, al Jordán; esto mediréis de límite hasta el mar oriental.
19 Del lado meridional, hacia el sur, desde Tamar hasta las aguas de las
rencillas; desde Cades y el arroyo hasta el Mar Grande; y esto será el lado
meridional, al sur.
20 Del lado del occidente el Mar Grande será el límite hasta enfrente de la
entrada de Hamat; este será el lado occidental.
21 Repartiréis, pues, esta tierra entre vosotros según las tribus de Israel. 22
Y echaréis sobre ella suertes por heredad para vosotros, y para los extranjeros
que moran entre vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos; y los
tendréis como naturales entre los hijos de Israel; echarán suertes con vosotros
para tener heredad entre las tribus de Israel. 23 En la tribu en que morare el
extranjero, allí le daréis su heredad, ha dicho Jehová el Señor.
EZEQUIEL 48
1 Estos son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte por la vía de
Hetlón viniendo a Hamat, Hazar-enán, en los confines de Damasco, al norte, hacia
Hamat, tendrá Dan una parte, desde el lado oriental hasta el occidental. 2 Junto
a la frontera de Dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá
Aser una parte. 3 Junto al límite de Aser, desde el lado del oriente hasta el
lado del mar, Neftalí, otra. 4 Junto al límite de Neftalí, desde el lado del
oriente hasta el lado del mar, Manasés, otra. 5 Junto al límite de Manasés,
desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Efraín, otra. 6 Junto al límite
de Efraín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Rubén, otra. 7 Junto
al límite de Rubén, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Judá, otra.
8 Junto al límite de Judá, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,
estará la porción que reservaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de
longitud como cualquiera de las otras partes, esto es, desde el lado del oriente
hasta el lado del mar; y el santuario estará en medio de ella. 9 La porción que
reservaréis para Jehová tendrá de longitud veinticinco mil cañas, y diez mil de
ancho. 10 La porción santa que pertenecerá a los sacerdotes será de veinticinco
mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de
ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al sur; y el santuario de
Jehová estará en medio de ella. 11 Los sacerdotes santificados de los hijos de
Sadoc que me guardaron fidelidad, que no erraron cuando erraron los hijos de
Israel, como erraron los levitas, 12 ellos tendrán como parte santísima la
porción de la tierra reservada, junto al límite de la de los levitas. 13 Y la de
los levitas, al lado de los límites de la de los sacerdotes, será de veinticinco
mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura; toda la longitud de veinticinco
mil, y la anchura de diez mil. 14 No venderán nada de ello, ni lo permutarán, ni
traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada a Jehová.
15 Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil, serán
profanas, para la ciudad, para habitación y para ejido; y la ciudad estará en
medio. 16 Estas serán sus medidas: al lado del norte cuatro mil quinientas
cañas, al lado del sur cuatro mil quinientas, al lado del oriente cuatro mil
quinientas, y al lado del occidente cuatro mil quinientas. 17 Y el ejido de la
ciudad será al norte de doscientas cincuenta cañas, al sur de doscientas
cincuenta, al oriente de doscientas cincuenta, y de doscientas cincuenta al
occidente. 18 Y lo que quedare de longitud delante de la porción santa, diez mil
cañas al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará de la porción
santa, será para sembrar para los que sirven a la ciudad. 19 Y los que sirvan a
la ciudad serán de todas la tribus de Israel. 20 Toda la porción reservada de
veinticinco mil cañas por veinticinco mil en cuadro, reservaréis como porción
para el santuario, y para la posesión de la ciudad.
21 Y del príncipe será lo que quedare a uno y otro lado de la porción santa y de
la posesión de la ciudad, esto es, delante de las veinticinco mil cañas de la
porción hasta el límite oriental, y al occidente delante de las veinticinco mil
hasta el límite occidental, delante de las partes dichas será del príncipe;
porción santa será, y el santuario de la casa estará en medio de ella. 22 De
este modo la parte del príncipe será la comprendida desde la porción de los
levitas y la porción de la ciudad, entre el límite de Judá y el límite de
Benjamín.
23 En cuanto a las demás tribus, desde el lado del oriente hasta el lado del
mar, tendrá Benjamín una porción. 24 Junto al límite de Benjamín, desde el lado
del oriente hasta el lado del mar, Simeón, otra. 25 Junto al límite de Simeón,
desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Isacar, otra. 26 Junto al
límite de Isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Zabulón,
otra. 27 Junto al límite de Zabulón, desde el lado del oriente hasta el lado del
mar, Gad, otra. 28 Junto al límite de Gad, al lado meridional al sur, será el
límite desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y el arroyo
hasta el Mar Grande. 29 Esta es la tierra que repartiréis por suertes en heredad
a las tribus de Israel, y estas son sus porciones, ha dicho Jehová el Señor.
30 Y estas son las salidas de la ciudad: al lado del norte, cuatro mil
quinientas cañas por medida. 31 Y las puertas de la ciudad serán según los
nombres de las tribus de Israel: tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una;
la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra. 32 Al lado oriental cuatro mil
quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín,
otra; la puerta de Dan, otra. 33 Al lado del sur, cuatro mil quinientas cañas
por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra;
la puerta de Zabulón, otra. 34 Y al lado occidental cuatro mil quinientas cañas,
y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de
Neftalí, otra. 35 En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la
ciudad desde aquel día será Jehová-sama.